Solo
se proclama lo que se vive y que para vivir por Jesús, "para vivir por el
Evangelio", uno debe salir de sí mismo
A
la hora del rezo del Ángelus, tras haber clausurado el Sínodo amazónico, el
Papa invitó a preguntarnos qué cosa podemos hacer por el bien del Evangelio y a
pedir a la Virgen María, "Reina de la Amazonía" que interceda
"protegiendo el camino que vendrá, cuidando a los más pobres y
oprimidos".
El
domingo 27 de octubre, tras haber celebrado la misa de clausura de la Asamblea
Especial del Sínodo de los Obispos para la región Panamazónica en la
Basílica vaticana, el Papa Francisco rezó la oración mariana del Ángelus junto
a miles de fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro.
Haciendo
alusión a la primera lectura de la liturgia, del Libro del Sirácides, en la que
se nos recuerda que "Dios escucha la oración de los oprimidos" (Eclo 35,21.16),
el Pontífice subrayó que en esta ocasión "el grito de los pobres, junto
con el de la tierra, vino a nosotros desde el Amazonas".
Un
grito que nos empuja a "no permanecer indiferentes". Asimismo, el
Obispo de Roma quiso profundizar sobre cuál ha sido el sentido del Sínodo.
Un caminar juntos
mirándonos y escuchándonos
"Ha
sido, como dice la palabra, un caminar juntos, confortados por el coraje y los
consuelos que vienen del Señor. Caminamos mirándonos a los ojos y
escuchándonos, sinceramente, sin ocultar dificultades, experimentando la
belleza de seguir adelante juntos, para servir", afirmó Francisco
invitando a cada uno a preguntarse tras esta experiencia
sinodal: "Yo, ¿qué cosa puedo hacer por el bien del
Evangelio?"
Abrir nuevos caminos al
anuncio de la Buena Nueva
"En
el Sínodo nos hemos hecho esta pregunta, deseando abrir nuevos caminos al
anuncio de la Buena Nueva. Y, en primer lugar, hemos sentido la necesidad, como
el publicano en el Evangelio de hoy (cf. Lc 18, 13-14) de ponernos ante el Señor,
de ponerlo a Él de nuevo en el centro, tanto a nivel personal y como
Iglesia", añadió el Papa haciendo hincapié en que solo se proclama lo
que se vive y que para vivir por Jesús, "para vivir por el
Evangelio", uno debe salir de sí mismo.
Salir al mar, dejar las
cómodas orillas
En
este contexto, el Santo Padre aseveró que tras el Sínodo, "nos sentimos
impulsados a salir al mar, a dejar las cómodas orillas de nuestros puertos
seguros para entrar en aguas profundas: no en las aguas pantanosas de las ideologías,
sino en las del mar abierto donde el Espíritu Santo invita a echar las
redes".
La intercesión de la Reina
de la Amazonía
Antes
de finalizar, el Papa encomendó "el camino que vendrá", a la Virgen
María, "venerada y amada como Reina de la Amazonía". Ella que es
Reina no por conquista- concluyó Francisco- sino por "inculturación":
"Con
el humilde coraje de madre se convirtió en la protectora de sus hijos, en la
defensora de los oprimidos. A Ella, que en la pobre casa de Nazaret cuidaba de
Jesús, confiamos a los niños más pobres y a nuestra casa común. Que como mujer
de esperanza, interceda para que el Espíritu Santo descienda sobre nosotros,
que con su dulce creatividad hace nuevas todas las cosas".
Sofía
Lobos - Ciudad del Vaticano
Vatican
News