HOY EL RETO DEL AMOR ES QUE NO BLINDES LA VENTANA DE TU DEBILIDAD

Construyendo un búnker

Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.

Estos días, en el pueblo, son las Fiestas, y el Noviciado da a la parte en la que está la música, pasan las peñas... Cuando vamos a la cama es justo cuando empieza todo, y acaba a la hora en que nos levantamos.

Esta vez pensé que lo mejor sería solucionar o paliar este problema, pues a las 6 nuestro despertador no falla. Me senté en la celda, mientras miraba alrededor buscando una solución.

Poco o nada podía hacer con las paredes, pero miré hacia la ventana y descubrí que ese era el punto débil, que por ella se filtraba la mayor parte del sonido. La ventana facilita que entre la luz, que un espacio esté ventilado, que se pueda disfrutar de las vistas; sin embargo, es frágil, tiene menos resistencia al ruido que las paredes por la vibración de los cristales o las fisuras que pueda tener en su estructura.

Así que cogí unas placas de poliespan que fui cortando y acoplando a los cristales junto con plástico de burbuja. ¡Solucionado! ¡Todo tapado! Y, efectivamente, el ruido se redujo considerablemente, pero por la mañana no se veían los rayos del sol, tampoco podía ver la huerta... estaba metida en una especie de búnker oscuro. Sin sonido, pero también sin luz.

Pensé en todas esas veces que descubro una ventana en mí, un punto débil o frágil en mis paredes. Esa ventana que hace que me sienta imperfecta, con pobreza o más vulnerable, esa ventana que intento tapar para que no entre el sonido, para que parezca consistente y, sin embargo, cuando cubro la ventana de la debilidad, de la pobreza, para que no se oiga que no puedo, que no llego... impido que pueda pasar el sol, que Cristo pueda actuar en mí.

Tu debilidad es esa ventana por la que Cristo puede pasar y ser fuerte en ti. Si sientes que no puedes o no llegas, no construyas muros, no hagas un búnker en tu corazón; abre la ventana y deja que Cristo entre. Dile: “Yo no puedo ser fuerte en esta situación, con esta dificultad, sé tú fuerte en mí”. Descubrirás entonces que, cuando dejas que Cristo pase por esa ventana de tu debilidad, la música seguirá sonando, todo lo que te molestaba seguirá ahí, pero no estarás solo, Cristo te dará la fuerza que necesitas, te alumbrará con Su luz el siguiente paso a dar.

Hoy el reto del amor es que no blindes la ventana de tu debilidad; deja que Cristo pase a través de ella y sea fuerte en ti. Lleva una cruz en el bolsillo al trabajo, al colegio, al hospital... y, cuando sientas que con algo no puedes... agárrala, vuelve tu mirada a Cristo y deja que Él sea fuerte en ti.

VIVE DE CRISTO

Fuente: Dominicas de Lerma