Tormenta
de verano
Hola,
buenos días, hoy sor Amada nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Ayer
bajé a la huerta a regar unas plantas que cuido. Están adornando una gran cruz
que tenemos.
Hay
un geranio de flores rojas que estaba lleno de ellas, precioso. Le cuidaba con
mimo y seguía floreciendo, le abonaba y era muy agradecido, dando más flores,
hasta que, hace unos días, hubo por la noche una formidable tormenta y, al día
siguiente, cuando fui a ver las plantas... ¡pobres flores!, estaban casi todas
deshojadas y los pétalos por el suelo... Al geranio apenas le habían quedado
unas hojas.
¡Cuántas
veces nuestro corazón, cuando le cuidamos y elegimos amar en vez de odiar,
abunda en flores para bien de los demás!
Pero
también vienen tormentas... En ese momento damos la mano a Cristo, el buen
jardinero, que nos abone y volvamos a dar flores bellas.
Hoy
el reto del amor es hacer un servicio de amor, ofrecer una disculpa o ser
compasivo ante un fallo del que está a tu lado.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma