¿Se ha quedado sola la voz del Papa entre el cruce de
declaraciones de los gobernantes de Europa?
En medio de la emergencia humanitaria en el
Mediterráneo y el cierre de los puertos en Italia, la voz del Papa se escucha
solitaria y distante de los oídos de los representantes de las instituciones
europeas.
Un hombre se le acercó a Jesús y le
preguntó: “Maestro, ¿qué obras buenas debo hacer para conseguir la Vida
eterna?”. Jesús le recuerda cumplir los Mandamientos y si quería la perfección
lo invitó a abandonar todo y seguirle. El joven se retiró entristecido, porque
poseía muchos bienes. Así, como el joven del Evangelio según San Mateo (19,
16-22), la ‘Europa’ cristiana soberanista da la espalda al mensaje de la
Iglesia a favor de los desesperados de Oriente Medio y África que atraviesan el
Mediterráneo.
Por su parte, la voz de los soberanistas en
Italia grita: “Entonces, llévatelos al Vaticano”. Sin embargo, el Papa insiste
en ver la carne viva de Cristo en los que sufren y huyen de las guerras y la
pobreza. Francisco, a través del Secretario de Estado, Pietro Parolin, ha
enviado un saludo al Obispo de Rimini, Franceso Lambiasi, en ocasión del XL
Encuentro de Amistad entre los Pueblos.
Francisco
indicó en su mensaje al Meeting de Rimini de 2019 que
“Cristo nos amó, dio su vida por nosotros,
por cada uno de nosotros, para afirmar nuestro rostro único e irrepetible.
Pero, ¿por qué es tan importante que esta proclamación resuene de nuevo
hoy? Porque muchos de nuestros contemporáneos caen bajo los golpes de
las pruebas de la vida, y se encuentran solos y abandonados. Y a menudo son
tratados como números en una estadística. Piensa en los miles de personas que
huyen de las guerras y la pobreza todos los días: ante los números, son
rostros, personas, nombres e historias. Nunca debemos olvidar esto,
especialmente cuando la cultura del descarte contra los marginados, discrimina
y explota, amenazando la dignidad de la persona”.
La voz solitaria de Papa Francisco no cesa
de pedir a los cristianos de encarnar el amor incondicional por el prójimo:
“que nuestro rostro sea el de Cristo resucitado”. Las palabras del Papa
resaltan el tema escogido para la celebración este año del meeting de Rimini,
“Tu nombre nació de lo que viste”, y está tomado de un poema de San Juan Pablo
II, que hace referencia a la Verónica, que se abre paso entre la multitud para
secar el rostro de Jesús en el camino de la cruz (K. Wojtyła, “III. El nombre”,
en Id, Tutte le opere letterarie, Milán 2001, 155).
Ary Waldir Ramos
Díaz
Fuente:
Aleteia