“El Cristo, con sus brazos abiertos, da la bienvenida y protege a todos los pueblos del mundo”
Está en la lista de las “Nuevas siete maravillas del mundo” y se ha convertido en uno de los emblemas más reconocibles de Brasil. Con una altura de 38 metros de alto y una apertura de brazos de 28 metros, es casi tan grande como la Estatua de la Libertad.
Pero antes que nada, ¿cómo llegó hasta
allí?
Según la BBC, a principios del siglo XX, un grupo
local de Río denominado Círculo Católico percibió la necesidad de reclamar la
ciudad para Cristo.
“Tras la Primera Guerra Mundial, [Círculo
Católico] temió el avance del ateísmo. Iglesia y Estado se separaron cuando
Brasil se convirtió en república a finales del siglo anterior yconsideraron
la estatua como una forma de reclamar Río –por entonces capital de Brasil– para
el cristianismo”.
La archidiócesis de Río aceptó el proyecto,
que fue propuesto a las autoridades, con la ayuda de una petición popularpara
convencer al presidente de que permitiera su realización.
Una vez el proyecto fue aprobado, el grupo
se reunió para una lluvia de ideas sobre el emplazamiento de la estatua y, por
fin, eligieron el cerro del Corcovado.
El ingeniero brasileño Heitor da Silva Costa
tenía un plan grandioso para la estatua y quería que fuera un
monumento verdaderamente digno de Jesucristo.
“La estatua del Divino Salvador será la primera imagen en emerger de la
oscuridad en la que está sumida la tierra y en recibir el saludo de la estrella
del día que, después de rodearla con su radiante luminosidad, construirá al
atardecer el halo precisamente sobre la cabeza del Hombre-Dios”.
Para que la estatua fuera visible, Da Silva Costa sabía que debía ser grande y que
necesitaría ayuda para llevar a cabo la idea.
Se asoció con el escultor polaco-ruso Paul Landowski, que creó
una estatua de arcilla que luego se envió a Río para su reproducción en
cemento.
Al principio, Da Silva Costa no estaba muy
convencido con el uso de cemento para crear la estatua art déco, pero terminó
aceptándolo, también con el empleo de esteatita para las capas exteriores.
En 1922, multitud de trabajadores comenzaron
la construcción de esta enorme estatua y la completaron en 1931. Se construyó usando andamios de metal,
grúas y trenes que llevaban los materiales a la cima del cerro.
La estatua se abrió al público oficialmente
el 12 de octubre de 1931, y en 2006 el arzobispo de Río consagró una capilla
con ocasión del 75º aniversario de su inauguración.
En 2010, el Gobierno llevó a cabo una restauración
completa de la estatua debido a los numerosos años de deterioro y
golpes de relámpagos que habían dañado la estatua en los últimos años.
El padre Omar Raposo, rector en el
santuario de Cristo Redentor, afirmó: “El Cristo, con sus brazos abiertos, da la
bienvenida y protege a todos los pueblos del mundo”.
Fuente:
Aleteia