"Lamentablemente, a menudo nos vemos obligados a
hacerlos esperar mucho tiempo por nuestra respuesta debido a la falta de fondos
disponibles"
La Obra
Pontificia de San Pedro Apóstol es una de las cuatro Obras Misioneras
Pontificias. Fue fundada en 1889 en Caen, Francia, por la sra. Jeanne Bigard,
con el apoyo de su madre Stephanie, inspirada por el vicario spostólico de
Nagasaki, mons. Jules-Alphonse Cousin, obispo misionero del MEP, que quería
formar a sacerdotes locales en Japón para proclamar el Evangelio a su pueblo.
El
propósito de POSPA es apoyar, con oración y ayuda financiera, la formación del
clero local en las Iglesias de misión, así como la de los candidatos a la vida
religiosa, hombres y mujeres.
Aunque
estas fechas no constituyen un jubileo en el sentido común, son todavía una
oportunidad para hablar de la POSPA: en muchos países, de hecho, la Obra,
después de más de un siglo de vida y de compromiso continuo, es todavía poco
conocida".
Fiel a su objetivo de ofrecer una "formación de calidad" a los futuros sacerdotes, la Obra desarrolla su trabajo ordinario en varios niveles. "Consideramos importante la formación de los formadores - dijo el p. Bognon- que aseguramos a través de encuentros en profundidad y becas. Se organizaron sesiones de formación en Roma, así como en algunos países de Asia y África. En algunos países se han previsto reuniones anuales, mientras que para muchos otros la voluntad de organizar este tipo de formación se enfrenta a la falta de recursos financieros. Sin embargo, estas sesiones de estudio son muy importantes, incluso necesarias, si queremos seguir formando sacerdotes de calidad para la Iglesia hoy y mañana".
En cuanto
al apoyo a la formación mediante becas, el POSPA apoya a los estudiantes que
estudian en universidades o colegios católicos del Camerún, la República
Democrática del Congo, Costa de Marfil, Kenya, Nigeria, Tanzanía y Bélgica. La
mayoría de ellos se están preparando para ser formadores en seminarios o casas religiosas.
Este año hay 302 sacerdotes, religiosos y religiosas. Dos años atrás se inició
un programa experimental a favor de los futuros formadores pertenecientes a
Congregaciones o Institutos Religiosos de Derecho Diocesano.
Para este
año académico 2018-2019, se han concedido becas a 21 religiosos de Ghana,
República Democrática del Congo, Malawi y Nigeria. "Los programas de
formación de formadores son de suma importancia si queremos ayudar a la Iglesia
a superar los retos de calidad y credibilidad de las almas consagradas que
necesita para su misión evangelizadora", afirma el p. Bognon.
La Obra colabora también con el Centro de Protección de la Infancia (CCP) de la Universidad Gregoriana de Roma, financiando cada año la formación de seis sacerdotes y religiosos, "con el fin de poner a disposición de las Conferencias Episcopales personas competentes en el campo de la protección de menores", dijo el secretario general.
P. Bognon
recuerda que en 2018 el POSPA envió subvenciones ordinarias a 737 seminarios, entre
menores, preparatorios y especializados en África, Asia, Oceanía y América
Latina. Precisamente: 383 seminarios menores con 47.556 seminaristas; 125
seminarios preparatorios con 4.703 seminaristas; 229 seminarios mayores con
24.500 seminaristas mayores. El POSPA también ha contribuido a la formación de
novicias y novicios en 1.200 noviciados: 2.882 novicios y 5.212 novicias para
un total de 8.094.
"A estos apoyos ordinarios -explica el p. Bognon- hay que añadir las subvenciones extraordinarias, porque el aumento de las vocaciones implica la ampliación o reestructuración de los seminarios existentes o incluso la construcción de otros nuevos. Recibimos continuas peticiones de rectores y obispos quienes nos piden ayuda para que el ambiente del seminario sea más funcional, siempre con la máxima sencillez y, por tanto, más adecuado para asegurar la formación serena de los futuros sacerdotes. Lamentablemente, a menudo nos vemos obligados a hacerlos esperar mucho tiempo por nuestra respuesta debido a la falta de fondos disponibles".
El p. Bognon, nacido en Benin, asistió a los seminarios de su país y completó su formación en Toulouse, Montreal, Roma y Jerusalén, subraya que gracias al compromiso de las Direcciones Nacionales de las Obras Misionales Pontificias, a pesar del continuo declive de la oferta desde hace algún tiempo, el año pasado se produjo una inversión de la tendencia, sobre todo gracias a algunos países de África y de los Estados Unidos. Además, durante mucho tiempo se ha instado a los seminarios a idear formas de autofinanciamiento, incluso mediante el compromiso de los feligreses con sus futuros pastores. "En la mayoría de los seminarios -explica- ya se han llevado a cabo o ampliado estas actividades, no sólo para la subsistencia diaria, sino también para acostumbrarse al sentido de la responsabilidad, al humilde trabajo que acerca al futuro sacerdote a la vida concreta de sus fieles del mañana".
La Obra Pontificia de San Pedro Apóstol nació sensibilizando a todos los laicos para que participaran en la misión de la Iglesia, mediante el apoyo a la formación de sacerdotes en los territorios de misión concluye el p. Bognon. "Es un concepto que sigue siendo válido hoy, impulsado por la nueva realidad eclesial, que encontramos en la base del Mes Misionero Extraordinario de octubre de 2019, que pretende despertar en cada bautizado la responsabilidad de la missio ad gentes y de la caridad misionera".
Fuente: Agencia Fides