El incremento mundial del arrastre de
masas hacia las manifestaciones marianas de culto es un fenómeno
incuestionable. Ello se da en los cinco continentes y en todas las culturas
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Cientos de miles de peregrinos llegan cada año a Lourdes |
Nunca antes en la historia tanta gente iba a ver a la Virgen": José
Pérez Adán, catedrático de Sociología en la Universidad de Valencia y en la
Universidad Libre Internacional de las Américas, es taxativo al explicar a Cari
Filii News la importancia de la Virgen María como fenómeno
sociológico en nuestro tiempo.
El profesor Pérez Adán es el coordinador
de Sociología mariana,
un volumen en el que diversos expertos se aproximan a la figura de la Madre de
Dios con una perspectiva original: no teológica ni devocional, sino en términos
de comunicación pública, de movilización colectiva y de ejemplaridad icónica.
Lo primero que sorprende es la
originalidad del planteamiento, que explica él mismo:
-¿Por
qué esta perspectiva de la Virgen María como fenómeno de comunicación y de
religación?
-En la academia ha primado una visión
acrítica de la modernidad (solo ahora se está revisando) en la que la
secularización se asumía como un componente necesario del progreso. No obstante
estudios pormenorizados apuntan ahora dos hechos importantes: que la
secularización no se podía entender del mismo modo en todos sitios (mayormente
en Europa y en América), y que también se daba el fenómeno opuesto, que
llamamos religamiento y que está poco estudiado.
-¿Qué
implica ese fenómeno?
-El religamiento, como vuelta a lo
sagrado y con distintas manifestaciones culturales en el ámbito público, tiene
un claro componente mariano que en España y en muchos otros países se manifiesta
en el auge de fenómenos como romerías, peregrinaciones, ofrendas, o la
proliferación de imágenes e iconos marianos en el atuendo personal y en el
ornato de vehículos, por ejemplo.
-¿No
es una contradicción que ese auge coincida con nuestro contexto de
secularización y descristianización?
-No es contradictorio. Estamos
asistiendo, tanto en este campo como en muchos otros, a un auge de la
polarización social. La distancia entre los extremos se amplía, lo que de paso
y en teoría repercute en la creación de nuevos espacios donde se manifiesta la
pluralidad. Esto se ve con recelo por muchos pero sin ocultar que es un reto
social muy interesante que repercute en cómo afrontamos la convivencia diaria;
pienso que es un fenómeno positivo en la medida en que da mayores cauces de
expresión a la libertad. Por eso, entre otras razones, entiendo que la libertad
religiosa es una de las piedras de toque de la viabilidad o no de sociedades
democráticas de cara al futuro. Quienes intentan coartarla añoran sociedades
monolíticas y totalitarias donde el estado y solo el estado era el señor del
dominio público.
-¿Qué
importancia tienen las apariciones en ese auge?
-El incremento mundial del arrastre de
masas hacia las manifestaciones marianas de culto es un fenómeno
incuestionable. Ello se da en los cinco continentes y en todas las
culturas. Nunca antes en la historia tanta gente iba a ver a la Virgen. En
este sentido el culto cristiano a lo largo y ancho del mundo, podemos decir,
que es ahora más mariano que en otras épocas.
-¿Responde
a una fe real?
-Habrá quien objete al señalar que ese
arrastre está potenciado por el auge de las comunicaciones y del turismo y que
hay que dudar de la militancia cristiana de muchos peregrinos que, se dice, no
son cristianos practicantes. Yo disiento de este análisis. Nadie es quién
para señalar qué prácticas denotan más o menos fe entre el pueblo
cristiano, que por otra parte está compuesto, no lo olvidemos, de pecadores.
-¿Dónde
reside hoy la fuerza atractiva de la Virgen, desde un punto de vista
sociológico?
-Hemos estudiado este tema desde diversos
ángulos separando aquellos valores sociales que pueden considerarse como
peculiarmente marianos. Un servidor es de la opinión de que lo que María nos
enseña con su vida y particularmente con sus palabras en el Magnificat constituye un programa
de vida cristiana en común que en gran parte está por desarrollar.
Fijémonos, por ejemplo, en la preponderancia del servicio, que podemos
entender como algo antinómico con el estatus que la cultura dominante otorga al
beneficio. En otro libro de reciente aparición también, Economía
y salud social. Más allá del capitalismo, desarrollamos este
asunto hablando de una Economía Mariana.
-¿Qué
es la Virgen para los cristianos: un modelo (ser como ella es) o un espejo (ser
como ella nos quiere)?
-Yo diría que las dos cosas. Desde el
punto de vista personal es un espejo pues ella es nuestra Madre y
queremos agradarla y a ella acudimos porque sabemos nos comprende, protege y
quiere. Pero desde el punto de vista social es nuestro modelo (este es el
aspecto principal que desarrollamos en Sociología mariana)
al encarnar y configurar el hogar como ámbito de realización, la entrega
a la familia como desinterés, y la disposición continua de ayuda y
acogida como relación socialmente fundante.
-¿Es
la Virgen paradigma de virtudes “femeninas”?
-María, como también Cristo, es paradigma
de virtudes masculinas y femeninas en la medida en que las virtudes son un
botín conseguido en lucha con nosotros mismos y que ofrendamos a Dios. Lo
femenino y lo masculino aquí viene configurado por quiénes somos ante los
demás: qué se espera de nosotros y qué podemos ofrecer. Indudablemente existe
un modo masculino y femenino de responder a la interpelación social y en el
contexto salvífico de vivir la caridad fraterna que emana del mensaje
evangélico para todo ser humano, pero no hay modelos de santidad excluyentes
para varones y mujeres.
-Es
el mismo...
-Todos debemos aspirar a amar a Cristo
como le amó María si bien nunca lleguemos a conseguirlo.
-¿Qué
diferencia hay entre un cristianismo “con la Virgen” y un cristianismo “sin la
Virgen”?
-No concibo un cristianismo tipo Robinson
Crusoe que no sea mariano. Lo radical del ser humano es la filiación. Todos
somos hijos. De ahí sale nuestra condición familiar y de esa condición nuestra
sociabilidad. Si no somos sociales por elección sino por nacimiento podemos
decir que María, que como dijimos es modelo social, es esencial al
cristianismo.
-¡Sobre
todo en España! No hay mes sin una fiesta socialmente celebrada que no la tenga
como protagonista. Ahora en verano, el Carmen y la Asunción. Pero está la
Anunciación, la Inmaculada, la Navidad, la Presentación, todas ellas
festividades de gran calado en las costumbres. ¿Es ése el terreno propicio para
la recristianización?
-Creo que tenemos que encontrar otra
palabra si recristianización mira al pasado, pues hemos de mantener la vista en
el futuro, en nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos. A mí me gusta mucho
hablar del destino mariano de la humanidad, y por ende, de Europa y de
España. Y en esto creo que sí, que jugamos con ventaja, como no podía ser de
otra forma, en la Tierra de María.
-¿A
qué se refiere con "destino mariano"?
Si uno lee Génesis 3,15 y después
Apocalipsis 12, 1-2, no puede menos de mirar a María como lo que es, nuestro
baluarte defensor de carácter espiritual y nuestra reina y señora en ese reino
que no es de este mundo. Por eso me gustaría añadir a ese estupendo elenco de
fechas y conmemoraciones marianas que ha señalado, la del 22 de agosto: Santa
María, Reina.
Cari
Filii
Fuente:
ReL