“¡Para
eso estoy, para servirte!”
Hola,
buenos días, hoy Matilde nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Hace
ya tiempo que me ofrecí a la procuradora para que, cada vez que tenga masa para
formar croquetas, que me avise, pues yo se las puedo hacer o ayudar a
formarlas. ¡El caso es que la procuradora, siempre que hay ocasión, aprovecha
esta oferta!...
En
estos días, se me acercó sor Ana y me pidió que si podía ayudarla con las
croquetas... Yo, encantada, le dije que iba enseguida.
Y,
al entrar en la cocina para comenzar mi tarea, me sorprendió el ver a una
hermana, de las veteranas, limpiando un cajón de alcachofas de la huerta. Yo le
dije:
“¡Qué bien que estás ayudando a sor Ana!”
Y
muy resuelta y con una profunda convicción que le salía del fondo del corazón,
le dijo a la procuradora:
“¿Qué os pensáis?... ¿Por qué no nos pedís más ayuda?... ¿Es que no sabéis que aquí estamos solo para servir? ¡Lo único que tenemos que hacer es servir!”
La
procuradora, que es más joven, no dijo nada… ¡Supongo que asintió en su
interior!…
Yo
me quedé impresionada por la fuerza del Amor con que habló está hermana. Y me
vino en seguida la Palabra de Jesús: “No he venido para que me sirvan, sino
para servir, y dar mi vida…” Y también: “El que quiera ser el primero, que sea
el último de todos y el servidor de todos"…
Estas
Palabras nos las dice Jesús a todo cristiano, y a veces nos parecen fuertes…
Pero es porque chocan con nuestro “ego”, que siempre quiere relucir… Pero el
que ama, no conoce más que el lenguaje del servicio y la donación: es la
vocación de todo el que sigue a Jesús…
Pero,
primeramente, es el lenguaje del Amor, que no conoce cálculos ni medidas… Como
la madre, que goza limpiando los pies y besándolos con amor al hijo querido, al
que le da todo lo que es y tiene…
Hoy
el reto del Amor es hacer un favor a alguien cercano a mí y decirme con fuerza:
“¡¡Para eso estoy, para servirte!!…” El corazón, después de esto, nos saltará
de alegría en Cristo…
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma