COLABORACIÓN DE JUAN CARLOS CARVAJAL PARA ESTE DOMINGO

15 Dom. T. Ordinario (Ciclo C)

MONICIÓN DE ENTRADA

Buenos días, sed bienvenidos a la celebración dominical de la Eucaristía.

Domingo tras domingo, el Señor nos convoca a celebrar el banquete de su Pascua, donde Él se hace presente y nos da el alimento de vida eterna.

Tristemente, muchos cristianos viven la celebración dominical como una rutina, como el mero cumplimiento de un mandamiento de la Iglesia. No saben descubrir el misterio de amor que en ella se celebra.

Iniciemos esta Eucaristía, agradecidos por que el Señor nos ha invitado a participar de ella, reconozcamos que es una gracia que domingo tras domingo el Resucitado se haga presente entre nosotros y nos dé a experimentar su amor.


MONICIÓN A LAS LECTURAS

Muchos cristianos, practicantes o no, se preguntan qué es lo que hay que hacer para ser buenos cristianos, para poder mantener su identidad en un mundo tan cambiante como el nuestro. Esta misma inquietud la han tenido cristianos de todas las épocas.

La conversación que hoy mantiene Jesús con un maestro de la ley es especialmente luminosa respecto a esta cuestión. Estemos atenta a ella, pero no caigamos en la tentación de hacer oídos sordos a las palabras de Jesús o, lo que es pero, defendernos de ellas. Si nos abrimos a sus palabras, el Espíritu de Jesús nos las interiorizará y nos ayudará a ponerlas por obra.


ORACIÓN DE LOS FIELES

A cada petición respondemos: ¡Haznos misericordiosos como Tú, Señor!

- Por el papa Francisco, por nuestros obispos y por todos los que ejercen el ministerio pastoral en la Iglesia, para que lo ejerzan con entrañas de misericordia. OREMOS.

- Por los que rigen los destinos de los pueblos, para que busquen la justicia, la igualdad y el derecho entre sus naciones. OREMOS.

- Por los cristianos perseguidos, por los que sienten amenazados sus derechos y aún su propia vida a causa de la fe en Cristo, para que sientan el consuelo y la fortaleza de la gracia divina y la solidaridad del resto de la Iglesia. OREMOS.

- Por los que padecen enfermedades raras, por los que están postrados en la cama de modo permanente, por su familiares y amigos que les acompañan, para que sean comprendidos y apoyados por el resto de la sociedad. OREMOS.

- Por todos nosotros que celebramos esta Eucaristía, para que la participación en el banquete de la misericordia nos haga prójimos de los que lo necesitan. OREMOS.


ORACIÓN FINAL

Gracias, Señor, Jesús,
porque al entregarte en la cruz por nosotros,
nos has revelado que el misterio de Dios es el amor
y que este amor se ha traducido
en misericordia para nosotros.

Gracias, Hijo del Padre y Hermano nuestro
porque al revelarnos la misericordia divina
has simplificado la vivencia de nuestra fe
y nos ha indicado el camino
para ser verdaderos seres humanos y aún hijos de Dios.

Jesús, ayudanos a no defendermos
de tu mandato doble del amor.
Ayudanos a comprender que no hay oposición
entre amar a Dios y amar a los hermanos;
al contrario, que el amor a Dios es la condición
para amar sin límites al hermano,
y que el amor al hermano es el único modo
de amar a Dios verdaderamente.

Espíritu Santo, Espíritu de Amor
que procedes del abrazo entre el Padre y el Hijo,
derrama sobre nosotros tu gracia,
que ella no lleve a reconocer a los prójimos
que necesitan de nuestra fraternidad
y danos la generosidad necesaria
para amarlos con el mismo amor
con el que Jesús nos ama.

Amen.