El deseo del Papa es que en Tierra Santa se llegue a
una pacífica convivencia en el respeto de todos
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Audiencia del Papa a los participantes en la 92ª Sesión Plenaria de la Reunión de las Obras de Ayuda a las Iglesias Orientales, R.O.A.C.O. (Vatican Media) |
Al recibir a los delegados de la Reunión de las Obras
de Ayuda a las Iglesias Orientales, el Papa Francisco exhortó a escuchar el
grito de quien ha sido despojado de la esperanza y a aumentar el compromiso con
los jóvenes deseosos de un futuro de paz
En el corazón de Francisco están los dolores del
mundo. Está Siria, todavía inestable, Iraq, sacudido por tensiones que nunca se
han atenuado y al que le gustaría ir en el año 2020, por la herida Ucrania,
está el deseo de una convivencia pacífica en Tierra Santa, pero también la desesperación
de los que huyen a Europa, dispuesta a abrir sus puertos a los barcos cargados
con "sofisticados y costosos armamentos, capaces de producir devastaciones
que no ahorran ni siquiera a los niños".
En su audiencia a los miembros de la Reunión de las Obras
de Ayuda a las Iglesias Orientales, con motivo del inicio de su 92ª Asamblea
Plenaria que concluirá el 12 de junio, el Papa los invitó a intensificar el
compromiso en la caridad para sembrar la esperanza entre los jóvenes "con
el corazón y la mente abiertos" hacia la paz y la prosperidad.
Riesgo de crisis humanitaria en Siria
El Pontífice explicó que se ha encontrado en diversas
oportunidades con las realidades vinculadas a la Congregación para las Iglesias
Orientales y subrayó que, en la reunión de estos días, será posible escuchar el
"grito de muchos que en estos años han sido despojados de la
esperanza".
Una vez más, pienso con tristeza en el drama de Siria
y en las densas nubes que parecen reinar sobre ella en algunas zonas que siguen
siendo inestables y en las que el riesgo de una crisis humanitaria aún mayor
sigue siendo alto. Los que no tienen comida, los que no tienen atención médica,
los que no tienen escuela, los huérfanos, los heridos y las viudas levantan sus
voces.
Un grito que, sin embargo, si no es escuchado por los
hombres, es escuchado por Dios, "herido por el odio y la violencia que se
puede desencadenar entre sus criaturas, siempre capaz – dijo Francisco – de
conmoverse y de cuidarlas con la ternura y la fuerza de un padre que protege y
guía”.
Pero a veces también pienso en la ira de Dios que se
desatará contra los líderes de los países que hablan de paz y venden armas para
hacer estas guerras. Esta hipocresía es un pecado.
Construir el
bien común en Iraq
Al expresar su preocupación, el Papa mencionó a Iraq,
donde no faltan las tensiones, y a donde le gustaría ir el año próximo.
Un pensamiento insistente me acompaña pensando en
Iraq, a donde tengo la voluntad de ir el próximo año, para que pueda mirar
hacia adelante a través de la participación pacífica y compartida en la
construcción del bien común de todos los componentes, incluidos los religiosos,
de la sociedad, y no caer en tensiones que provienen de los interminables
conflictos de las potencias regionales.
Ucrania y la
esperanza de paz
Recordando los proyectos caritativos en Ucrania,
Francisco habló de las dificultades para la gente de este país.
Y no olvido Ucrania, para que su población pueda
encontrar la paz, cuyas heridas causadas por el conflicto he tratado de aliviar
con la iniciativa caritativa a la que han contribuido muchas realidades
eclesiales.
Convivencia
pacífica en Tierra Santa
El deseo del Papa es que en Tierra Santa se llegue a
una pacífica convivencia en el respeto de todos.
En Tierra Santa, deseo que el reciente anuncio de una
segunda fase de estudio de las restauraciones del Santo Sepulcro, en que las
comunidades cristianas del Statu quo estén juntas, se acompañen con los
sinceros esfuerzos de todos los actores locales e internacionales para que
pronto pueda lograrse una convivencia pacífica en el respeto de cuantos viven
en esa Tierra, signo de la bendición del Señor.
La Europa de
los puertos cerrados
Francisco invocó el grito de dolor de los muchos que
huyen de los conflictos, que dejan todo para llegar a un lugar de esperanza,
pero sin esconder lo que sucede en Europa y en sus puertos.
Gritan las personas que huyen, amontonadas en las
naves, en busca de esperanza, sin saber qué puertos podrán recibirlos, en la
Europa que abre sus puertos a las embarcaciones que tienen que cargar
sofisticados y costosos armamentos, capaces de producir devastaciones que no
ahorran ni siquiera a los niños. Ésta es la hipocresía de la que he hablado.
Sostener la
esperanza de los jóvenes
"Has convertido mi lamento en lágrimas": el
Papa citó las palabras del Salmo 30 para recordar que, junto al dolor, siempre
hay esperanza y consuelo, "ecos de esa incansable obra de caridad"
que la ROACO lleva a cabo y que "manifiesta el rostro de la Iglesia y
contribuye a hacerla viva, especialmente alimentando la esperanza de las
generaciones más jóvenes". Francisco recordó – tal como se vio en el
reciente Sínodo – el coraje de tantos jóvenes que, fascinados por el anuncio de
Cristo, lo siguen sin miedo, de los jóvenes de Etiopía y Eritrea que viven la
"fraternidad sincera y respetuosa de cada uno" después de la paz
firmada entre los dos países. Es importante el llamamiento a dar a conocer el
Documento firmado en Abu Dhabi junto con el Gran Imán de Al-Ahzar, "una
buena alianza para el futuro de la humanidad contenida en él", y a
preservar realidades como las escuelas y universidades que, por ejemplo en El
Líbano, representan "auténticos laboratorios de convivencia y palestras de
humanidad a los que todos fácilmente puedan tener acceso".
Les pido que continúen y aumenten su compromiso para
que en los países y situaciones en que apoyan a los jóvenes puedan crecer en humanidad,
libres de colonizaciones ideológicas, con el corazón y la mente abiertos,
apreciando sus propias raíces nacionales y eclesiales y deseosos de un futuro
de paz y prosperidad, que no deje a nadie atrás y que a nadie discrimine.
Benedetta Capelli – Ciudad del Vaticano
Vatican News