Más de 100.000
inmigrantes católicos viven su fe en España según la liturgia de sus países de
origen
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Foto: Ordinariato para los fieles católicos orientales en España
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El reto del Ordinariato para los católicos orientales en nuestro país,
que preside el cardenal Osoro, es integrarlos en la sociedad respetando su
identidad. Los sacerdotes que los atienden se han reunido en Madrid para
compartir experiencias pastorales.
A lo largo y ancho de
España hay algo más de 100.000 católicos ucranianos, 7.000 rumanos
católicos y en torno a 300 católicos siromalabares, de la provincia de Kerala,
en la India. Vinieron a nuestro país en busca de una vida mejor pero no están
dejados de la mano de Dios: en el Ordinariato para los católicos de rito
oriental «nos ocupamos de que tengan los medios necesarios para vivir su fe,
que las capellanías estén bien organizadas para que puedan tener sus
sacramentos y sus catequesis», explica Andrés Martínez Esteban, vicario del
Ordinariato en España.
Esta estructura jurídica
creada hace dos años por la Santa Sede, con el cardenal Carlos Osoro a la
cabeza, se ocupa de ver las necesidades de estos fieles, en conversación con el
clero que los atiende, y si es preciso piden más sacerdotes a sus países de
origen. Por ejemplo, en Madrid hay cinco sacerdotes nuevos enviados por el
Arzobispado de Kiev para que estudien español y puedan atender a los católicos
ucranianos aquí. «Tienen un perfil misionero, con afán apostólico, porque es
sacrificado para ellos y muchas veces tienen que empezar de cero. Lo que hacen
es atender a su pueblo pero en otro país», explica Martínez Esteban.
El reto del Ordinariato es
ayudar a su integración pero evitando la asimilación. «Ellos se integran como
cualquier católico español en su vida diaria en la sociedad, pero necesitan
conservar su rito propio, y por eso tienen su capellanía personal y su
comunidad formada por sus compatriotas. Los niños y los jóvenes crecen ya en un
ambiente español y en nuestra cultura: eso es integración, pero no es
asimilación porque siguen manteniendo su rito.
Tenemos que trabajar para
que esos fieles no se sientan extraños en medio de nosotros, y para que puedan
vivir su fe con sus ritos con total normalidad», señala el vicario, quien se
confiesa «admirado» por cómo viven su fe estos fieles. «Su liturgia se pone de
manifiesto la trascendencia de Dios y la alabanza del pueblo; por eso todo en
su liturgia es cantado. Durante el Evangelio se ponen de rodillas porque está
hablando Jesús, y también lo hacen durante la consagración. No comulgan en la
mano, sino en la boca, sin que el Cuerpo de Cristo toque sus labios. Y nunca
comulgan sin haberse confesado antes. Tienen una clara conciencia de la
majestad y trascendencia de Dios que se hace presente en la liturgia. Es
impresionante».
La atención a estos fieles
forma parte de la atención a los migrantes por parte de la Iglesia en España.
El cardenal Osoro hablará sobre Las comunidades migrantes de ritos
orientales en España en las jornadas que organiza la Comisión
Episcopal de Migraciones este fin de semana, sobre Proteger y promover
a migrantes y refugiados. De manera complementaria, Martínez Esteban
advierte asimismo de la riqueza de contar con estos fieles en nuestro país:
«Para nosotros, que estamos tan afectados por la secularización, tener entre
nosotros a todos estos católicos orientales, herederos de una Iglesia
martirial, con una fe tan viva, supone un acicate para vivir nuestra fe. Y, de
alguna manera, nos evangelizan».
J. L. V. D.-M.
Fuente: Alfa y Omega