Entrevista del Papa Francisco con Valentina
Alazraki para el medio de comunicación mexicano Televisa
P.- Sabe que pasa que cuando usted
muchas veces se quita del contexto, es un vicio de la prensa también. Cuando
usted dijo en su primer viaje esa famosísima frase "quien soy yo para
juzgar", usted antes había dicho "ya sabemos lo que dice el
catecismo". Lo que pasa que esa parte no se recuerda, se recuerda, se pone
solo "quien soy yo para juzgar". Entonces también eso levantó
mucha expectativa dentro de la comunidad homosexual mundial porque pensaron que
usted iba a ir más adelante...
R.- Bueno, hice declaraciones como esta de
la familia para ir más adelante. La doctrina es la misma, la de los divorciados
fue reajustada, en la misma línea pero con Amoris laetitia el capítulo octavo,
que es recuperar la doctrina de Santo Tomás, no la casuística.
P.- Ese es el problema que a veces
pasa.
R.- Pero eso lo entiendo, a no ser cuando
me sacan una palabra de contexto como esta del 'psiquiatra' no, no tenés
derecho. Y es curioso, una persona no creyente salío a defenderme, me contaron.
"Dijo lo que nunca habíamos oído y te...........que
te veas con el psiquiatra que fue un lapsus lingue..."
P.- Papa Francisco, hay algo que me
llama la atención un poco. Conocidos suyos de cuando usted vivía en la
Argentina, dicen que usted era conservador para usar siempre categorías,
digamos así, en la doctrina.
R.- Soy conservador.
P.- Usted hizo toda una batalla
sobre los matrimonios igualitarios, de parejas del mismo sexo en Argentina. Y
luego como que dijo que dicen que llegó aquí, lo eligieron Papa y parecía como
mucho más liberal de los que era en Argentina. Usted se reconoce en esta
descripción que hace algunas personas que lo conocieron antes, o fue la gracia
del Espiritu Santo que le dió más...
(risas)
R.- La gracia del Espíritu Santo existe
ciertamente. Yo siempre defendí la doctrina. Y es curioso, en la ley de
matrimonio homosexual......... es una incongruencia hablar de
matrimonio homosexual.
P.- Entonces, no es cierto que
antes era una cosa y ahora es otra.
R.- No antes era una cosa y ahora soy otra
es verdad.
P.- Bueno porque ahora es Papa.
R.- No porque confío en que crecí un poco,
que me santifiqué un poco más. Uno cambia en la vida. Que amplié más criterios,
eso puede ser, que viendo los problemas mundiales tuve más consciencia de
ciertas cosas que antes no la tenía. No, creo que en ese sentido hay cambios,
sí. Pero, conservador... soy las dos cosas.
P.- Sería las dos cosas...
R.- Y sí, en Argentina me metía en las
villas, el infarto me va a agarrar en una villa por ejemplo, y después también
cuidaba que la catequesis fuera seria. No sé, un poco... un mix.
P.- Es muy difícil encerrar a
personas en categorías...
R.- Así es.
P.- Pero pensando en esta evolución
que usted ha tenido en estos seis años si usted tuviera que decirnos lo mejor
que ha hecho en estos seis años...
R.- Bueno, escucharlos a ustedes, creo que
para mí fue una cosa... no digo lo mejor, pero fue una cosa muy linda.
P.- Que usted la prensa no la
veía nunca, no éramos santos de su devoción.
R.- No, no. Tampoco ahora mucho pero
bueno (risas) No pero realmente el diálogo con ustedes - esto
es un poco en broma pero lo quiero decir: yo tengo buen trato con ustedes, y me
siento bien con ustedes, que quede claro. Es una de las cosas lindas.
P.- Aunque critiquemos.
R.- Y sí...
P.- No somos enemigos.
R.- No pero si critican bien, bendito sea
Dios, si critican mal, salgo a decírselos como aclaré ciertas cosas. Porque el
rol de la prensa no es solo criticar es construir, construir. A veces a través
de la crítica, a veces a través de desarrollar una cosa buena, elogiar una toma
de decisión buena, a veces llamando la atención sobre una cosa, sin criticar,
pero 'cuidado con esto'. Es construir, construir. La prensa debe construir.
P.- Una crítica constructiva
digamos.
R.- Constructiva. Cuando es crítica, y si
no construir después crítica aparte, no sé. También soy consciente de una cosa
de ustedes: que no siempre son libres, lamentablemente muchos para vivir y todo
dependen de una línea editorial y no siempre pueden decir todo lo que quisieran
decir o lo que sienten, y en eso los acompaño, los comprendo y no todos, pero
no siempre tampoco. Que quede claro.
P.- Y hay muchos periodistas que
pagan con la vida su trabajo en México y en muchísimos otros países.
R.- Si, tal cual. Esa es una cosa... una
vida dura y no totalmente libre, a eso voy.
P.- Qué es lo más bonito que cree
que ha hecho…
R.- Lo más bonito para mí siempre es estar
con la gente, qué querés que te diga... Yo revivo cuando voy a la plaza, cuando
voy a una parroquia...
P.- Las cárceles....
R.- Cárceles... estar con la gente. Sí, soy
Papa, soy obispo, fui cardenal... esto puede caer todo, pero por favor, que no
me saquen ser cura.
P.- Que huela a oveja además...
R.- Que huela a oveja y que huela a
sagrario, los dos olores. Eso lo vivo, es mi vocación ser cura.
P.- Algo que piensa que hizo mal,
que no lo volvería a hacer de la misma forma.
R.- Bueno hablamos de los errores de Chile
por ejemplo. Algunos errores de juicio en alguna decisión que después tuve que
corregir, entonces, he tenido varios. Algunos que no conocen gracias a Dios
sino me hubieran sacado el cuero. (risas)
P.- Nos puede contar, tenemos
tiempo.
R.- Errores siempre hay. Me confieso cada
quince días, o sea señal que cometo errores.
P.- Y ¿son confesiones largas o no?
R.- La curiosidad femenina eh, 'the human
touch'.
P.- Bueno era para hacerlo un
poco más ameno.
R.- Está muy lindo.
P.- Papa Francisco, se siente mucha
polarización no de repente en el mundo en general, en la Iglesia también, aquí
adentro, no en esta sala pero, dentro del Vaticano, en todas partes. No es una
cosa prerrogativa del Vaticano.
R.- Polarizar es una tentación
destructiva.
P.- Pero se siente como muy fuerte
también dentro de la Iglesia, estos grupos.
R.- También, bueno... usted mencionó me
acusan de hereje unos y.....
P.- Lo de hereje ¿cómo lo tomó?
R.- Con sentido del humor, hija.
P.- No le da mucho peso...
R.- No, no, además rezo por ellos porque
están equivocados y vi pobre gente, son manipulados algunos. Vi quienes eran
los que firmaban... No, en serio, sentido del humor y yo diría ternura, ternura
paternal. Es decir, no me hiere para nada. A mí me hiere la hipocresía, la
mentira, eso me hiere. Pero una equivocación así, donde incluso hay gente a la
que le llenaron la cabeza... no por favor, hay que cuidarlos también, hay que
cuidarlos.
P.- Se tiene la sensación de que
hay una paradoja entre usted que de todas formas goza de mucha popularidad, a
la gente le gusta mucho su cercanía, su humanidad, el hecho de que sea una
persona tan espontánea, y una Iglesia que vive crisis. Entonces, parecería
haber una contradicción entre una Iglesia en crisis y un Papa que goza de
popularidad. ¿Cómo se vive eso?
R.- Bueno, también el Papa pasa por crisis,
hablamos de una de ellas. Yo también. Y la iglesia también pasa por
popularidad. Hay momentos populares. Creo que la Iglesia está cambiando, el
hecho mismo que de los conatos de reforma que estamos haciendo, que se hacen,
que no es mérito mío, eso fue pedido por todos los cardenales al próximo Papa
que iba a ser elegido, o sea, el que estaba ahí, que iba a ser Papa lo escuchó
todo. Y en mi caso no hago más que poner en marcha lo que pidieron ellos, o
sea, consciencia de estas crisis de la Iglesia que... Pero las crisis son de
crecimiento también, para mí es una crisis de crecimiento donde hay que ajustar
ciertas cosas, fomentar otras, y andar adelante, adelante en este aspecto. Yo
eso lo vivo no como contraposición porque hay gente más popular que yo en la
Iglesia y pastores populares que el pueblo los quiere mucho y yo los he visto
en mi patria y en todos lados. Acá en Italia mismo.
El ejemplo del nuevo obispo de Lucca,
Giulietti. "Yo voy a entrar caminando a mi diócesis, caminando" un
poco semi-sport y claro la gente vio, "este es nuestro pastor, no viene en
una limousine todo ya vestido", y fue agregándose y todo el pueblo detrás
de él y había 2.300 jóvenes con él. Llega a la catedral, antes de entrar, se
pone la sotana, se viste de obispo, y entra, con su pueblo. ¡Es genial! ¡Esa no
es una Iglesia en crisis es una Iglesia en crecimiento! Para poner el último
ejemplo que salió en los diarios. Y hay tantos, cuando vemos estos hombres y
mujeres sepultados en países lejanos, que queman su vida allí. La monjita esa
de los 3 mil partos que encontré en República Centroafricana. Eso es la fuerza.
Lo que sí está en crisis son modalidades que forman la Iglesia que tienen que
caer. Seamos conscientes. El Estado de la Ciudad del Vaticano como forma de
gobierno, la Curia, lo que sea, es la última corte europea de una monarquía
absoluta. La última. Las demás ya son monarquías constitucionales, la corte se
diluye, todavía acá hay estructuras de corte que es lo que tiene que caer.
Valentina Alazraki
Vatican News
* Nota del blog: Dada la extensión de la
entrevista, la iremos publicando en días sucesivos