El
amor es anticipo del cielo
Hola,
buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Este
fin de semana hemos recibido varias visitas. Unas de las personas que vinieron
ayer eran unos amigos nuestros a los que queremos mucho, y que están pasando
por una circunstancia de enfermedad.
Nos
compartían cómo lo están viviendo, en qué habían visto al Señor en medio de la
enfermedad. A todas nos sorprendió mucho una cosa que nos dijeron.
Comentaron
que, en estas circunstancias, muchas veces tienen que pedir ayuda y, por ello,
lo que más les aliviaba era cuando una persona se acercaba y se anticipaba
ofreciendo esa ayuda incluso antes de que ellos se lo hubieran llegado a pedir.
Cómo
nos impactó sentir con ellos que el Señor y la Virgen les van dando en cada
momento lo que más están necesitando. Así son Jesús y María con nosotros, saben
lo que queremos o necesitamos mucho antes de que lo pidamos... y, por la tarde,
la Virgen nos lo demostró de nuevo.
Sí,
sí, porque hoy para nosotras es un día de fiesta: ¡celebramos la Virgen de
Fátima! Y a Ella tenemos encomendado el Noviciado.
La
cosa es que siempre nos gusta tener algún detalle preparado para darle a las
monjas en este día. Pero, este año, con la semana tan liada que hemos tenido,
no nos ha dado tiempo para buscar nada.
Y
¿cuál fue nuestra sorpresa? De pronto, en una visita ayer por la tarde, nos
trajeron una comida buenísima, todo de picar: ¡la Virgen nos había preparado un
piscolabis para hoy invitar a las monjas! Y encima tenía todo una pinta
deliciosa... ¡qué sorpresa, Ella se había anticipado!
Del
mismo modo nos invita a anticiparnos a nosotros, nos anima a que nuestro amor y
nuestra entrega esté siempre atento para ofrecer nuestra ayuda, o ese detalle,
o aquella sorpresa, de forma gratuita, sin que nos lo tengan que ni que pedir.
Hoy
el reto del amor es ofrecer tu ayuda de forma anticipada. Cuando veas a alguien
pasando un apuro, cuando sientas que puedes echar una mano, o si sientes
salirte “de lo de siempre” y sorprender a esa persona con un detalle...
¡lánzate a amar! Y, si estás pensando que no sabes en qué puedes ayudar o que
no se te va a ocurrir nada, acude a María. ¡Ella, como Madre, siempre conoce a
cada hijo y sabe lo que le hace falta! Ella te indicará qué puedes hacer.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma