El
Papa durante el rezo del Regina Coeli asegura que el Evangelio de hoy “nos
invita a vivir nuestra relación con Cristo con plena confianza y familiaridad”. También felicita a las mamás en su día y recuerda que el Señor sigue llamando a
las vocaciones
Papa Francisco desde el Balcón del Palacio Apostólico. (ANSA) |
En
el Cuarto Domingo de Pascua, también conocido como el Domingo del Buen Pastor,
el Papa Francisco narra el Evangelio del día, en el que Jesús habla de la
relación que lo une a las ovejas del rebaño, es decir, sus discípulos,
resaltando que se trata “de una relación de conocimiento mutuo”: “Mis ovejas -
dice - escuchan mi voz y yo las conozco y ellas me siguen. Les doy vida eterna
y no se perderán".
Por
tanto – dice el Papa – “el Evangelio de hoy nos invita a vivir nuestra relación
con Cristo con plena confianza y familiaridad” y al igual que a sus ovejas,
también a nosotros “nos busca y nos ama” y está atento a cada uno de nosotros:
“Nos acoge y nos ama tal como somos, con nuestras fortalezas y nuestros
defectos. Para cada uno de nosotros "da vida eterna": es decir, nos
ofrece la posibilidad de vivir una vida plena, sin fin. Además, nos mantiene y
nos guía con amor, ayudándonos a cruzar los caminos inaccesibles y los caminos
a veces riesgosos que aparecen en el camino de la vida” ha asegurado frente a
los fieles presentes en la Plaza de San Pedro desde el Balcón del Palacio
Apostólico.
La importancia de buscar
intimidad con Jesús
Francisco
también ha señalado que es importante “escuchar y reconocer su voz” porque esto
implica “intimidad con él”, la cual – ha puntualizado – “se consolida en la
oración y en la unión de corazón a corazón con el divino Maestro y Pastor de
nuestras almas”. Además, esta intimidad de la que habla el Papa “fortalece en
nosotros el deseo de seguirlo, saliendo del laberinto de caminos equivocados,
abandonando las conductas egoístas, para emprender nuevos caminos de
fraternidad y el don de nosotros mismos, a imitación de Él”. A su vez, provoca
que atraigamos a él – continua – “a aquellas personas que lo buscan, pero
quizás sin saberlo”: “Hay tantas personas, que solo Dios conoce en sus
corazones, y que ya son sus "ovejas", pero necesitan un hermano, una
hermana que las lleve a Jesucristo”. “¡Ser capaz de hacer esto es una gran
gracia y una gran alegría!” ha exclamado.
Jesús es el único Pastor
que nos habla, nos conoce y nos da vida eterna
Por
último, el Santo Padre ha pedido que no nos olvidemos de que Jesús es el único
Pastor que nos habla, nos conoce, nos da vida eterna y nos cuida: “Somos su
rebaño y solo debemos esforzarnos por escuchar su voz, mientras que con amor él
examina la sinceridad de nuestros corazones. Y de esta continua intimidad con
nuestro Pastor, viene la alegría de seguirlo, dejándonos llevar a la plenitud
de la vida eterna”. Y esta vida eterna – concluye el Papa – “ya está presente
en nuestra existencia terrenal, pero se manifestará plenamente después de la
muerte, introduciéndonos en una felicidad infinita, en comunión con Dios y con
todas las personas que se dejan guiar por Él”.
Jornada Mundial de Oración
por las Vocaciones
Después
del rezo del Regina Coeli, el Papa ha recordado que hoy se celebra el Día
Mundial de Oración por las Vocaciones, que este año tiene como tema: "El
coraje de arriesgarse por la promesa de Dios" y asegura sus oraciones por
las vocaciones al sacerdocio y la vida consagrada. “Esta mañana, en la Basílica
de San Pedro, tuve la alegría de ordenar algunos nuevos sacerdotes. Mientras
saludo con afecto a estos nuevos presbíteros junto con sus familiares y amigos,
los invito a recordar a cuántos el Señor sigue llamando por su nombre, como lo
hizo un día con los Apóstoles en la orilla del lago de Galilea, para que puedan
convertirse en "pescadores de hombres".
En
el día de la madre recordemos a todas, también las que nos miran desde el cielo
Finalmente,
ha concluido con un recordatorio especial a todas las mamás, cuyo día se
celebra hoy en muchos países del mundo y les agradece por su “precioso trabajo
en la crianza de sus hijos y protegiendo el valor de la familia”. Además, ha
recordado también a las madres que nos miran desde el cielo y “continúan
cuidándonos con oración”.
Mireia
Bonilla – Ciudad del Vaticano
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