La semilla de la fe había ido poco a poco sembrándose en esta familia, pero ha tenido que ser a través de los hijos cuando se vaya a producir la cosecha
Como sucede cada año en la Vigilia
Pascual miles de adultos son bautizados y pasan a formar parte de la Iglesia
Católica. Pero también existen casos como el de la familia Patel, que será
bautizada en pleno el día en que se celebra la Resurrección de Cristo, gracias
principalmente al impulso de sus hijos, lo que finalmente ha llevado a los padres a un camino de
fe pese a haber sido criados como musulmanes.
Sameer y Zeena decidieron que la escuela
católica The Heights School en Potomac (Maryland) era la mejor a la que podían
asistir sus hijos Zayd, Rayn y Raif.
Lo que nunca podían imaginar es que fuera el hijo mayor con sólo 12 años el que acabara
tirando de la familia para descubrir la fe. Y ahora todos
juntos se preparan para recibir el Bautismo, la Confirmación y la Comunión,
excepto el pequeño que por su edad sólo será bautizado.
La
pregunta del hijo mayor que lo cambió todo
La madre de esta familia cuenta al Catholic Standard que todo
comenzó cuando “un día nuestro hijo mayor dijo: ‘voy a misa todos los días (en la escuela), ¿te gustaría
acompañarme?”.
Zeena confiesa que tras la sorpresa de
escuchar estas palabras de su hijo tuvo una “sensación de alivio” porque ella
misma sentía esta inquietud pero "nunca
había tenido el coraje para comenzar este camino para mí y mi familia”.
La
atracción de los padres con respecto a la fe católica
Además, recuerda que tanto ella como su esposo
fueron criados como musulmanes aunque asistieron a escuelas católicas durante
muchos. Debido a su propia experiencia, querían
un tipo de educación así para sus hijos, aunque no esperaban que sus propios
hijos les pidieran el bautismo.
“Nos
encontramos realmente buscando algo donde nuestros hijos pudieran aprender a
amar a Dios”, explica ella. Y cuando encontraron esta escuela
experimentaron que “la comunidad fue muy acogedora sabiendo muy bien que
estábamos en este viaje que no podíamos definir”.
Familia
de origen musulmán e hindú
Esta inquietud provenía en el caso de los
padres de años atrás gracias en parte a los amigos católicos de este matrimonio
y al hecho de que parte de las personas más influyentes en sus vidas eran
católicos coherentes.
Sameer Patel, el padre de esta familia,
tiene sus orígenes en la India aunque creció en el estado de Nueva York,
asistiendo a una escuela primaria católica. Su padre era hindú y su madre musulmana.
Por su parte, los padres de Zeena son ambos musulmanes
provenientes de Sri Lanka. Nació y creció en Maryland donde
asistió igualmente a escuelas católicas. “Vi una forma diferente de adorar a Dios”,
asegura ella. Y pese a no ser católica acudía a misa en la escuela y las clases
de Religión con el resto de sus compañeros. “El perdón y la esperanza eran
aspectos presentes en mis amigos”, afirma esta madre.
"Veo
a mis hijos guiándome"
Esta fe católica que estaba presente en
sus vidas pero que no terminaba de hacerse carne en ellos siguió durante la
estancia universitaria del ahora matrimonio. En clase aprendieron lecciones de
filosofía y teología, lo
que les dejó una serie de preguntas sobre el papel que la fe debería tener en
sus vidas. Él además cantaba en un coro de la Universidad de
Georgetown en el que estaba un sacerdote jesuita, profesor en la universidad, y
que se convirtió en amigo y mentor de Sameer.
La semilla de la fe había ido poco a poco
sembrándose en esta familia, pero ha tenido que ser a través de los hijos
cuando se vaya a producir la cosecha. “Estamos aprendiendo juntos y debatiendo
sobre la fe. Todos estamos
aprendiendo y llegando a esta creencia colectivamente, pero también
individualmente”, agrega el padre.
Ahora toda la familia acude a la misa diaria en la capilla de la
escuela junto a los compañeros de sus hijos y sus familiares.
En la comunión aún no pudieron recibir a Cristo, pero sí la bendición del
sacerdote. Sin embargo, esta situación cambiará en breve.
Los padres confiesan que están siendo
inspirados por la fe de sus propios hijos, que la han recibido en esta misma
escuela. “Los veo guiándome
tanto como yo los guío”, afirma su padre.
Conversiones
de abajo arriba en las familias
Precisamente, sus hijos tienen muy claras
las cosas. Zayd, hermano mayor de la familia, asegura que ha encontrado “un nuevo
propósito para por el que hago las cosas. Ya no es para mí. Lo estoy ofreciendo para Dios”.
“Quiero
seguir aprendiendo sobre la fe. Aunque empezaremos en Pascua,
no siento que haya tratado la superficie de todas las cosas que quiero saber.
Siento que es un comienzo”, añade.
Por su parte, Rayn, el mediano, afirma
que “ha cambiado mi vida” y asegura que está deseando hacer la comunión, “pues cuando la recibes estás permitiendo que
Dios esté contigo. Dondequiera que vayas, Él estará contigo”.
Además, este pequeño se alegra de compartir esta experiencia en familia porque
los ve a todos más unidos.
Javier
Lozano
Fuente:
ReL