Cuando un niño enfermo sale de alta, suenan las campanas en el Hospital San Juan de Dios con fuerza para anunciar que recobró la salud
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Todos se alegran y el hospital es recorrido
por un enjambre de gente. El personal completo detiene por un instante su
trabajo para despedir al pacientico que los deja. Médicos y enfermeras,
aplaudiendo y dando vivas, rodean al menorcito cuando, alegre y ya sano, hace
sonar una campana con toda su fuerza. Y todos saben que un niño está sano y sus
familiares han llegado para llevarlo a casa. La llaman “la Campana de Dios”.
Es cierto que estamos en medio
de la crisis más espantosa que el país haya vivido jamás. No obstante, así como
tenemos momentos muy difíciles, también hay esos ratos que hacen pensar en
la misericordia del Señor, reflejada en tantos que dedican sus
días y horas a repartir cuidados y regalar generosidad. Ese es el personal del
hospital caraqueño San Juan de Dios, donde se
desviven por curar y devolver sanos los enfermos a sus familias.
Es el tipo de experiencia y
labor que vale la pena reseñar en tiempos de desaliento y desesperanza. Es
cuando constatamos que no estamos solos, que Dios está atento y soplando las
velas que se niegan a recoger y entregar los ánimos.
El hospital San Juan de Dios
comenzó en Caracas en el año 1943 como como el “Hogar Clínica Nuestra Señora de
Guadalupe”; pero debido a que fue sobrepasado en su
capacidad fue trasladado a una nueva sede en 1970 con el nombre de “San
Juan de Dios”. Se destaca por poseer numerosas
especialidades pediátricas. Operan como una fundación sin fines de lucro, que
recibe donativos públicos y privados y es gestionada por la Orden Hospitalaria
de San Juan de Dios. Un descomunal esfuerzo, sobre todo en el marco de esta
catástrofe social, está detrás de la gestión de este hospital.
El detalle de mostrar alegría
sonando campanas cuando un niño es dado de alta es un bonito gesto que convoca
a todo el hospital y lágrimas de felicidad corren por las mejillas de
quienes presencian el momento, no solo las que comparten desde en el lugar,
sino a través de las redes sociales por donde, de tanto en tanto, se
cuela el video que registra al menor haciendo sonar la famosa campana con toda
su recuperada energía. Sin duda, un triunfo de la fe, el cariño y el coraje de
todo el equipo.
Momentos que llenan de esperanza
a un país donde episodios como estos nos hablan de la solidaridad que vence al
egoísmo, del esfuerzo que se empina por encima de la frustración y del amor
fraterno que desafía el discurso de odio.
La periodista Beatríz Adrián
colocó en su cuenta de tuiter: “Daniel, un niño venezolano, nos enseña el valor
de la FE y celebra el milagro de vivir. En el Hospital San Juan de Dios, cuando
los niños son dados de alta, tocan una campana en señal de victoria.¡Que
nuestras vidas siempre tengan campanas de Dios. ! #FE #Esperanza #Vida”.
Macky Arenas
Aleteia Venezuela