Misericordia
en la deportiva
Hola,
buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
La
suela de mi zapatilla deportiva se despegó casi por completo. Rápidamente fui a
pedir auxilio a sor Puri, que, tras analizar el desastre, me miró con cara de
circunstancias:
-Esta
zapatilla no sirve ni para tirarla a la basura -sentenció.
-¡Oh,
por favor, sor Puri! No voy a ir con las deportivas nuevas a la cocina o a
trastear con la leña...
Finalmente
accedió a arreglarme la suela. Tras lavarla, le puso un pegamento especial y
colocó la suela en su sitio.
-¿Ya
está? -pregunté entusiasmada.
-Mira
que eres impaciente... -suspiró ella- Ven, que ahora tienes que ayudarme.
Me
sacó de la sala de trabajo y me condujo por los pasillos hasta una celda en
desuso. Solo había una pequeña mesa y una enorme cama de hierro.
-Levanta
la cama.
-¿¿Qué??
-Sí,
cógela de una pata y levántala.
Sin
entender nada, lo hice... y sor Puri metió la deportiva debajo de la pata de la
cama.
-Ya
puedes soltar -sonrió satisfecha. Y añadió- No solo es cuestión de pegar la
suela, ¡tiene que secarse en una prensa!
¡Cómo
me impresionó aquello! Y, en la oración, ¡descubrí ahí al Señor!
Sí,
porque el pecado supuso una ruptura entre Él y nosotros. El Señor podía habernos
abandonado, podía haber tirado la toalla, ¡pero quiso recomponernos!
Jesús
se hizo hombre, vino a nuestro encuentro precisamente en nuestra debilidad,
pues es ahí, en la zona más débil, donde se pone el pegamento, ¿no?
Sin
embargo, eso no fue suficiente para Él, para su amor. Quiso asegurarse de que
nada nos pueda separar, ¡quiso asegurarse de estar siempre muy pegadito a
nosotros, prensado, si es necesario! Y fue entonces... cuando nos hizo el gran
regalo de la Eucaristía.
En
la Eucaristía, Cristo ha querido “apretarse” tanto contigo hasta el punto de
que los dos seáis solo uno. Su Sangre corre por tus venas. No puede alejarse...
quien vive en ti.
Hoy
el reto del amor es apostar de nuevo por esa persona. Dicen que “el roce hace
el cariño”, pero el roce también provoca fisuras, grietas, ¡o suelas completas
despegadas! Tal vez todo te invite a tirarlo a la basura, dar por imposible a
esa persona... pero hoy te invito a que mires a Cristo y le preguntes cómo
seguir amando. Él es un especialista en reparaciones: te indicará el pegamento
necesario, ¡y la prensa, si es el caso! ¡Feliz día!
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma