El nuevo centro sanitario ha sido fundado con el apoyo del Hospital Infantil "Bambino Gesù", comprometido desde la primavera de 2016 con la formación del personal médico
«Tengo
en mi corazón los ojos dolorosos de los muchos niños desnutridos que conocí
durante la breve visita al hospital con ocasión de mi viaje a su país», afirma
el Santo Padre explicando que este nuevo centro sanitario ha sido fundado con
el apoyo del Hospital Infantil "Bambino Gesù" de Roma, comprometido
desde la primavera de 2016 con la formación del personal médico.
El
Papa Francisco ha enviado un video mensaje con ocasión de la inauguración de un
Hospital infantil en Bangui, capital de República Centroafricana, lugar que
visitó en noviembre de 2015 y donde fue testigo del auténtico sufrimiento que
padecen miles de niños enfermos y desnutridos, que cada día luchan por la
supervivencia.
El
nuevo centro sanitario ha sido fundado con el apoyo del Hospital Infantil
"Bambino Gesù", comprometido desde la primavera de 2016 con la
formación del personal médico.
A
continuación, compartimos la traducción al español de las palabras del Santo
Padre.
«Queridos
amigos del Hospital Infantil de Bangui:
Con
alegría los saludo a todos ustedes en la ocasión festiva de la inauguración del
nuevo centro de salud dedicado a los niños de la República Centroafricana. Este
centro fue fundado con el apoyo del Hospital Infantil "Bambino Gesù",
comprometido desde la primavera de 2016 con la formación del personal médico.
Espero que se convierta en un centro de excelencia, donde los niños puedan
encontrar una respuesta y un alivio a su sufrimiento, con ternura y amor. ¡No
lo olvido! Tengo en mi corazón los ojos dolorosos de los muchos niños
desnutridos que conocí durante la breve visita al hospital con ocasión de mi
viaje a su país.
Todavía
recuerdo las palabras del médico que estaba a mi lado: "La mayoría de
ellos morirá, porque tienen malaria muy fuerte y están desnutridos". He
oído eso. ¡No, esto no debe volver a pasar! El sufrimiento de los niños es sin
duda lo más difícil de aceptar. El gran Dostoievski hizo la pregunta:
"¿Por qué sufren los niños?". Muchas veces me hago la misma pregunta:
¿por qué sufren los niños? Y no puedo encontrar una explicación. Sólo miro al
Crucificado e invoco el amor misericordioso del Padre por tanto sufrimiento.
Esta
estructura que hoy se inaugura es un signo concreto de misericordia, que tiene
su origen en el Año Santo que quise abrir de antemano -el 29 de noviembre de
2015- en Bangui. La primera puerta de una catedral que se abrió fue la de
Bangui, no la de San Pedro. Fue un gesto que el Señor inspiró. Al atravesar la
Puerta Santa de la Catedral, dije: "Bangui se convierte en la capital
espiritual de la oración por la misericordia del Padre. Todos nosotros pedimos
paz, misericordia, reconciliación, perdón, amor".
Me
gusta pensar que la Puerta Santa sigue abierta y que el río de la misericordia
da vida a este Hospital de Niños y a todos los que trabajarán allí. Recuerden
siempre: "Hay muchos signos concretos de bondad y ternura dirigidos a los
más pequeños e indefensos, a los más solitarios y abandonados. En efecto, hay
protagonistas de la caridad que no carecen de solidaridad con los más pobres e
infelices" (Carta Apostólica Misericordia et Misera, 17).
Por
eso les animo a todos a realizar su trabajo cuidando a los niños, movidos por
la caridad, pensando siempre en el "buen samaritano" del Evangelio:
estén atentos a las necesidades de sus pequeños pacientes, inclínense
tiernamente sobre sus flaquezas, y en ellos podrán ver al Señor. Los que sirven
a los enfermos con amor sirven a Jesús que nos abre el Reino de los Cielos.
Este hospital nos recuerda a todos que lo que estamos viviendo "es un
tiempo de misericordia para que los débiles e indefensos, lejanos y solos,
puedan captar la presencia de hermanos y hermanas que los apoyan en la
necesidad" (ibid., 21).
Queridos hermanos y hermanas, en su profesión médica, sean artesanos de la misericordia.
Saludo
respetuosamente al Presidente Faustin-Archange Touadéra. Saludo también al
Nuncio Apostólico, Mons. Santiago De Wit Guzmán, y a la Presidenta del Hospital
Niño Jesús, Sra. Mariella Enoc, que ha gastado tanto dinero en este trabajo. Y
un saludo al Cardenal Konrad, que hace presente en el mundo la caridad del
Papa. Los que cuidan a los niños están del lado de Dios. No olvidéis: quien
cuida de los pequeños está del lado de Dios y vence a la cultura del descarte.
Que este nuevo hospital se convierta en un modelo y un punto de referencia para
todo el país. Recuerden: en los enfermos está Cristo y en el amor de los que se
inclinan sobre sus heridas está el camino para encontrarse con él.
Los
bendigo, ¡y por favor no olviden rezar por mí! Gracias».
Ciudad
del Vaticano
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