¿Cuáles son los
requisitos? ¿Puede un laico prepararse para ser un exorcista?
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Dado
que las solicitudes de exorcistas han ido en constante aumento durante la
última década, la Iglesia se ha visto ante la necesidad de preparar a más
sacerdotes en este ministerio especializado. De hecho, según algunos informes,
el número de exorcistas en los Estados Unidos ha aumentado de 12 a 50 en los
últimos años.
¿Quiénes
son estas personas que se están convirtiendo en exorcistas?
La
Iglesia Católica no permite a cualquiera convertirte en un exorcista. De hecho,
hay un conjunto específico de requisitos que se deben cumplirse para ser
admitido a este inquietante ministerio.
El
primer requisito es el sacerdocio. Pero incluso aún así, según el Ritual
Romano, solo ciertos sacerdotes pueden convertirse en exorcistas.
Un
sacerdote – estando expresa y particularmente autorizado por el Ordinario –,
cuando trata de realizar un exorcismo sobre una persona atormentada por el
diablo, debe distinguirse adecuadamente por su piedad, prudencia e integridad
de la vida. Debe realizar esta misión con toda constancia y humildad, siendo
completamente inmune a cualquier tentación de grandeza humana, y confiar, no en
sí mismo, sino en el poder divino. Además, es necesario que sea maduro, y no
solo por su cargo sino por sus cualidades morales.
Además,
“para ejercer su ministerio correctamente, debería proveerse de amplios
estudios sobre la materia… examinando autores aprobados y casos
experimentales”.
Este
estudio debe incluir una comprensión integral de la psicología y la capacidad
de discernir la diferencia entre los problemas médicos y los ataques
espirituales.
[El
exorcista] no debe creer demasiado fácilmente que una persona está poseída por
un espíritu maligno; sino que debe asegurarse de que los signos por los cuales
una persona se considera poseída pueden distinguirse de aquellos que padecen
alguna enfermedad, especialmente una de naturaleza psicológica.
En
otras palabras, los sacerdotes que se convierten en exorcistas son hombres
santos que no buscan este ministerio por poder o beneficio personal, sino que
son llamados por Dios para esta tarea. Se requieren muchos años de estudio
cuidadoso antes de prepararse para tal esfuerzo y el ministerio no se toma a la
ligera.
Sin
embargo, se le puede permitir al exorcista ser asistido por un laico en
ocasiones especiales. Se aplican reglas similares a estos asistentes: deben
tener una vida unida a los sacramentos. Deben estar bien preparados para tal
experiencia, así como para el proceso de exorcismo.
El
diablo intentará con todos sus poderes aumentar su influencia durante un
exorcismo, así que todos los implicados en la expulsión de un demonio deberán
confiar completamente en el poder de Dios para protegerles.
Es
una vocación espiritualmente peligrosa, que requiere mucha santidad y humildad.
Philip
Kosloski
Fuente:
Aleteia