La "cátedra"
en la que se sientan los obispos tiene una larga y rica historia en la Iglesia
católica
Fr Lawrence Lew, O.P. | Flickr CC by NC ND 2.0 |
Cuando visitas una catedral
donde un obispo celebra misa regularmente, una de las características
principales que salta a la vista es una silla especial. Esta silla se llama
cátedra (de ahí el nombre de “catedral”) y solo la usa el obispo durante las
ceremonias litúrgicas.
¿Y eso por qué?
La cátedra proviene de una antigua tradición que existe en muchas
culturas según la cual un líder o un juez gobierna desde una silla.
Los maestros a
menudo enseñaban desde una silla mientras sus alumnos escuchaban de pie. De
hecho, el término cátedra a veces se define como la “silla del profesor”.
Además, las sillas
no se producían en masa como hoy, por lo que poseer una silla era una señal de
poder.
Además, en el Imperio Romano existía
una “silla
curule“, que utilizaban sólo magistrados y funcionarios. Como la
Iglesia católica nació dentro del Imperio Romano, muchas de sus tradiciones
fueron compartidas por la jerarquía de la Iglesia.
Aunque las sillas
ya no tienen el mismo significado en nuestra cultura moderna, la cátedra del
obispo aún conserva el simbolismo espiritual vinculado al oficio del obispo.
El papa Benedicto XVI explicó
el simbolismo en una homilía en la fiesta de la Cátedra de San Pedro:
“Cátedra”
significa literalmente la silla establecida del obispo, ubicada en la iglesia
madre de una diócesis que por esa razón se conoce como “catedral”; es el símbolo
de la autoridad del obispo y, en particular, de su “magisterio”,
es decir, la enseñanza evangélica que, como sucesor de los apóstoles, está
llamado a salvaguardar y transmitir a la comunidad cristiana.
Cuando
un obispo toma posesión de la Iglesia particular que se le ha encomendado,
usando su mitra y sosteniendo el báculo pastoral, se sienta en la cátedra.
Desde este asiento, como maestro y pastor, guiará el camino de los fieles en la fe,
la esperanza y la caridad.
La silla le
recuerda al obispo sus deberes para con su rebaño. Y su tamaño (generalmente es
más grande que otros muebles del templo) denota el inmenso peso que se coloca
sobre sus hombros como pastor principal del área local. Es un honor especial,
que viene con una gran responsabilidad.
Philip Kosloski
Fuente: Aleteia