MONICIÓN DE ENTRADA
Buenos
días, sed bienvenidos a la celebración semanal de la Pascua del Señor.
El
domingo es el día de los cristianos. En este día nos reunimos como comunidad
para celebrar la Eucaristía en la que se actualiza la victoria de Cristo sobre
todo lo que nos esclaviza: el mal, el sufrimiento, el pecado y la muerte.
Participar
semanalmente en este memorial de nuestra salvación es una verdadera gracia; por
él Jesucristo nos une a su persona y nos hace sus testigos en medio del mundo.
Dispongamos
interiormente a celebrar con provecho esta celebración.
MONICIÓN A LAS LECTURAS
Todos
admiramos a los hombre y mujeres que son de una pieza, que revelan una
coherencia entre lo que creen y lo que viven, entre lo que dicen y hacen.
Las
lectura de hoy nos invitan a prestar atención a esas personas y a que nosotros
mismos desarrollemos esa coherencia para poder ser testigos del Evangelio entre
los que nos rodean.
Escuchemos
con atención la Palabra de Dios y dejemos que la fuerza de su gracia nos
ilumine y fortalezca.
ORACIÓN DE LOS FIELES
A
cada suplica respondemos: ¡Padre, atiende nuestras súplicas!
-
Por el Papa, los obispos y sacerdotes para que el ejercicio de su ministerio
sea mediación de la paternidad de Dios. OREMOS.
-
Por nuestros gobernantes, para que más allá del juego del poder se preocupen de
promover la justicia y la concordia en nuestro pueblo. OREMOS.
-
Por quienes tienen dificultades económicas y no tienen los bienes suficientes
para llegar a final de mes, para que encuentren la solidaridad de nuestra
sociedad. OREMOS.
-
Por los misioneros que han entregado su vida en hispanoamerica, para que su
esfuerzo evangelizador dé fruto entre las Iglesia hermanas de aquel continente.
OREMOS.
-
Por nuestra parroquia, que en estos días recibe la visita pastoral de nuestro
obispo, para que entre todos constuyemos una comunidad misionera. OREMOS.
ORACIÓN FINAL
Gracias,
Señor,
porque
sigues suscitando entre nosotros
hombre
y mujeres que, fieles al Evangelio recibido,
son
testigos tuyos a través de una vida de entrega.
Sabemos,
Señor, que eres tú quien los ha elegido,
y
que has derramado sobre ellos el Espíritu Santo
para
que puedan reconocer tu voluntad
y
tener la fuerza para cumplirla.
Jesús,
Señor y Hermano nuestro,
ayudanos
a reconocer que también nosotros
hemos
sido llamados por ti,
y
que nos das tu Espíritu para poder ser testigos tuyos
llevando
una vida de acuerdo con tu Evangelio.
Te
pedimos humildemente,
que
nuestro modo de obrar no escandalice a nadie,
al
contrario, que las gentes al vernos
nos
reconozcan como discípulos tuyos
y
servidores del Reino del Padre.
Amén.