Intervención
del Padre Federico Lombardi moderador del Encuentro sobre la Protección de los
Menores en la Iglesia
“Como
decía el Papa: “es necesario crecer juntos en la conciencia, la claridad, la
naturaleza de los problemas y la manera de afrontarlos", es algo que hay
que seguir construyendo”.
En
el segundo Briefing, este viernes 22 de febrero, en el encuentro sobre la
Protección de los Menores en la Iglesia, en el Instituto Patrístico
Augustinianum intervinieron, el arzobispo de Chicago, cardenal Blase Joseph
Cupich, miembro del comité organizador, el arzobispo de Boston, cardenal Seán
Patrick O’Malley, presidente de la Comisión para la tutela de los Menores y Miembro
del Consejo de los Cardenales, Mons. Charles J. Scicluna, Arzobispo de Malta,
secretario adjunto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y miembro
también del Comité organizador. Paolo Ruffini, Prefecto del Dicasterio
para la Comunicación, Padre Federico Lombardi, presidente de la Fundación
Vaticana Joseph Ratzinger – Benedicto XVI; moderador del Encuentro. El Briefing
fue moderado por el Director ad interim de la Oficina de Prensa de la Santa
Sede, Alessandro Gisotti.
El abuso de los menores: Una
de las lacras más importantes
El
Padre Lombardi en su intervención dijo que la actitud con la que se está
afrontando los problemas es profunda y sin fricciones, hay un gran deseo de
reflexionar juntos, con una actitud extremadamente positiva. Además dijo que
los presentes agradecen al Papa, que acompaña a la Asamblea, donde rezan juntos
e intentan comprender mejor sus responsabilidades. “Este era un encuentro muy
necesario. Se encaran los problemas con claridad”. La Iglesia cuenta con el
apoyo de toda la comunidad internacional. Como decía el Papa: “es necesario
crecer juntos en la conciencia, la claridad, la naturaleza de los problemas y
la manera de afrontarlos", es algo que hay que seguir construyendo. Por lo
tanto, el ambiente positivo y constructivo y la utilidad real de esta reunión.
En
segundo lugar, recordó la participación en la Universidad Gregoriana la semana
pasada, donde se tocó el tema y participó la Representante Especial de la
Secretaría de las Naciones Unidas para la Lucha contra la Violencia contra los
Niños, Marta Santos Pais. A ella en esa ocasión el padre Lombardi le pidió la
documentación que tiene la ONU y UNICEF en su lucha contra la violencia contra
menores. De esta manera, afirmó el Padre Lombardi, este compromiso
eclesial forma parte también de un contexto mundial, de conciencia
internacional, de lucha contra la violencia contra los niños.
El
tercer punto que mencionó el Padre Lombardi, fue sobre los puntos propuestos
por el Papa para la reflexión de ayer al final de su intervención, que fueron
distribuidos, y que como dijo el Padre Lombardi fueron recibidos con gran
gratitud por todos los participantes y se convirtieron realmente en uno de los
estímulos y líneas de reflexión de los distintos grupos de trabajo.
Así
que, aunque muchos puntos, afirmó, para los que están comprometidos en este
campo, ya se conocen o se reflexionan en el curso de la preparación de las
directrices para las Conferencias Episcopales, los servicios diocesanos, etc.,
vemos que son muy útiles para ser propuestos de nuevo también en la discusión
general, precisamente para ayudar en el camino de todos hacia un compromiso
concreto. Así que creo que el Papa, como de costumbre, nos ha dado con
genialidad su contribución para continuar con nuestro discurso en estos días.
Los trabajos de los
Círculos Menores
Por
su parte, el Prefecto del Dicasterio para la Comunicación, Paolo Ruffini, habló
de las sesiones plenarias de ayer por la tarde y de esta mañana, los temas
tratados en las reuniones de los Círculos Menores y los que se encuentran en el
centro de los espacios dedicados a las preguntas de los participantes y
oradores durante las Plenarias. En las Plenarias se habló de cómo cuando se ha
tomado conciencia de la importancia de los procedimientos para la protección de
los menores, se ha dado un salto cualitativo y han disminuido los abusos. Y
esto concierne a algunos países en los últimos 15 años. Cómo la lucha contra el
abuso no borra, sino que refuerza, el compromiso de quienes en la Iglesia
protegen a los niños: el compromiso total de la Iglesia para proteger a los
niños. Cómo la mejor defensa de la Iglesia como institución radica en su
capacidad de asumir las responsabilidades que se derivan de ser una institución
moral, sólida, en una sociedad frágil y desorientada. Cómo la crítica a la
Iglesia no es necesariamente el resultado, al menos no necesariamente, de un
prejuicio negativo, sino que a menudo expresa exactamente lo contrario.
Además
Ruffini habló de la gran expectativa -se ha dicho nostalgia- de un liderazgo
moral fuerte y ejemplar, y cómo incluso en los que critican, e incluso en los
que atacan, hay un llamado: el llamado a ser justos y a ser verdaderos. Además
dijo que se habló de la necesidad de trabajar colegialmente, es decir,
sinodalmente, como Iglesia universal, donde nadie puede decir: "Esto no me
concierne", y donde todos deben reconocer que el abuso es siempre un
crimen, sea cual sea la cultura de un país. Se habló de cómo tratar el tema de
la sinodalidad al tratar este flagelo; de cómo tratar el tema de la sexualidad
en la formación de los seminaristas: que la sexualidad no puede ser un tema
tabú.
Escuchar a las víctimas te
transforma
El
Cardenal O’Malley en su intervención dijo que era necesario reunirse y buscar
la manera de enfrentar esta parte importante de nuestra misión y proteger a los
niños y encarar la traición hecha a tantos vulnerables, tantos niños. Se mostró
satisfecho porque la reunión se centra en las víctimas, la Iglesia tiene que
aprender en asumir la importancia del abuso a los niños. “Uno de los aspectos
más importantes en mi vida eclesial, ha sido el encuentro con tantas víctimas y
sobrevivientes, dijo y añadió que para el Papa es muy importante dar respuestas
a estas víctimas. Los líderes de la Iglesia deben aprender a entender la gravedad
del abuso sexual en el que los niños son las víctimas, el daño que causan y las
consecuencias para la vida de las personas.
“Una
de las cosas que se les había pedido a los obispos que hicieran en preparación
para el encuentro era precisamente encontrarse con los supervivientes en sus
propias diócesis, en sus propios países. Creo que esto era muy importante.
Muchos obispos nunca habían tenido esta experiencia. Es una experiencia que
cambia tu vida. El Santo Padre se dio cuenta de que las respuestas al abuso
sexual y la manera de acercarse a las sobrevivientes eran realmente muchas. Por
lo tanto, reunir a los líderes mundiales de la Iglesia aquí, para orar,
reflexionar y, con suerte, llegar a planes de acción concretos, resultará ser
algo realmente muy importante para todos nosotros”.
También
el cardenal estadounidense, habló de la “colegialidad". Creo que es un
tema muy importante, dijo, porque en la Iglesia, cada diócesis está dirigida
por un obispo que es responsable de su iglesia local, pero al mismo tiempo,
compartimos la responsabilidad de la Iglesia universal. Además de la
importancia teológica de lo que significa ser obispo, formar parte de un
colegio episcopal, en nuestra aldea global -el mundo-, afirmó el purpurado, y
dijo que los obispos no pueden dejar de ver lo que está sucediendo en cualquier
parte del mundo; es algo que de alguna manera se refleja en todo el mundo.
“Hemos
visto lo que sucede cuando se cometen tremendos errores por parte de los
líderes de la Iglesia en una parte del mundo o cuando estos terribles crímenes
son expuestos incluso en lugares donde la Iglesia ha hecho grandes esfuerzos
por ser fiel a su misión; la gente se siente victimizada, los jóvenes pierden
su confianza en la Iglesia, la gente está disgustada, los sacerdotes
desmoralizados.... Por lo tanto, no basta con ocuparse sólo de su propia área,
todos tenemos que hacerlo juntos, y creo que el mensaje del Cardenal Gracias de
hoy en día ha sido verdaderamente comprometido. Juntos: debemos ayudarnos unos
a otros, darnos apoyo unos a otros, para poder hacer de nuestra Iglesia el
lugar más seguro posible para los jóvenes. Sabemos que hay lugares donde la
Iglesia no tiene recursos, pero esperamos encontrar los medios para compartir
nuestras experiencias y recursos para ayudarnos mutuamente en la Iglesia”.
Sinodalidad para afrontar
juntos cada caso
El
cardenal Cupich dijo que hoy toda la Iglesia está reunida gracias a los
testimonios, el coraje y la sinceridad de las víctimas y los supervivientes.
También confirma que tener reuniones con ellos “nos ayuda a mantenernos
concentrados y nos proporciona nuevas lecciones”. Creo que esto es muy
importante, dijo, ya que estamos asistiendo a una evolución orgánica en estos
tres días sobre el tema de la propiedad, es decir, el hecho de que somos
"propietarios" de este problema. A través de este concepto debemos
llegar al concepto de que yo, como individuo, como obispo, tengo mi
responsabilidad: esto es de lo que hablamos ayer. Pero también, afirmó, “que
estamos unidos como colegio de obispos, igualmente responsables porque como ya
ha dicho el Cardenal O'Malley, lo que pasa en un lugar nos pasa a todos.
Debemos cuidar de todos los hijos de Dios. Mañana hablaremos de cómo somos
responsables como Iglesia y por eso la responsabilidad es importante.
Transparencia significa comunicación, significa asegurar que todos tengan voz y
puedan entender lo que está sucediendo de una manera muy transparente”.
Los
informes como dijo el purpurado, no sólo hablan de visiones “lo que también es
importante, porque debemos recordar quiénes somos-, sino también de
estrategias, es decir, del hecho de que hay cosas que deben hacerse a nivel
táctico”. Porque como dijo el purpurad, desde el principio, el Santo Padre fue
muy claro con el comité organizador. Dijo: "Quiero pasos concretos. Quiero
resultados concretos", y estamos viendo, dijo el Cardenal, que su petición
está empezando a tomar forma.
“Pero,
repito, podemos aprobar todas las leyes posibles, pero si no hay motivación, si
no hay una verdadera conciencia de propiedad por parte de cada obispo, de las
conferencias episcopales y del colegio de obispos, no iremos a ninguna parte.
Esta es la fuerza motriz de este encuentro: asegurarnos de que conseguimos
crear esta conciencia de propiedad, personalmente, juntos como obispos y luego
como Iglesia. Esto nos mostrará el camino, una guía para hacer las cosas de una
manera estratégica y concreta”.
Colegialidad y sinodalidad
Por
su parte Mons. Scicluna se centró en dos palabras en las que se centró la
sesión de esta mañana. Colegialidad y sinodalidad. Para Mons. Scicluna uno de
los aspectos más importantes sigue siendo que hay espacio, pero no sólo
espacio, sino también un papel importante para los laicos.
“Me
gustaría decir, no sólo participación, no sólo experiencia, sino participación.
Si queremos estar juntos, debemos caminar juntos y debemos estar juntos cuando
llegue el momento de crear estructuras para la rendición de cuentas. Cuando se
trata de los obispos, nos damos cuenta de que el Sumo Pontífice, el Papa, tiene
una jurisdicción especial sobre los obispos que debe ser respetada, porque esto
también es parte de la esencia de ser Iglesia, en particular de ser la Iglesia
Católica Romana; pero es siempre en el contexto de la comunión que debemos
vivir la responsabilidad”.
Patricia
Ynestroza-Ciudad del Vaticano
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