La ocasión de la audiencia es el 70º aniversario de la Academia, fundada en 1949 por los Padres Redentoristas y dedicada a su fundador, San Alfonso María de Liguori
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El Papa Francisco recibió en audiencia a la Academia Alfonsiana - Instituto Superior de Teología (Vatican Media) |
Las palabras de la teología moral deben dejarse
plasmar por la lógica de la misericordia: lo dijo el Papa Francisco en su
audiencia en la Academia Alfonsiana, con la invitación a que los estudios se
pongan en sintonía con una Iglesia "en salida" y con los desafíos
cada vez más globales del mundo
El Pontífice espera que los estudios de teología moral
sean capaces de acompañar a una Iglesia "en salida" y de
encontrar la vida y a las personas en su concreción. Y pide este compromiso a
los cerca de 400 presentes, entre profesores y estudiantes de la Academia
Alfonsiana - Instituto Superior de Teología con sede en Roma, recibiéndolos en
audiencia esta mañana en la Sala Clementina en el Vaticano.
Un aniversario
que insta a mirar hacia adelante
La ocasión de la audiencia es el 70º aniversario de la
Academia, fundada en 1949 por los Padres Redentoristas y dedicada a su
fundador, San Alfonso María de Liguori. Este aniversario, subraya Francisco en
su discurso, ofrece la oportunidad de dar
gracias a Dios por todo lo que se ha hecho hasta ahora, pero también de mirar
hacia adelante, rediseñando y renovando la propia misión de una manera
"sabia y valiente", para responder mejor a las expectativas del
pueblo de Dios.
Entrar en el
corazón del anuncio del Evangelio
Es un camino, dice Francisco, al que están llamadas
todas las estructuras académicas de la Iglesia, y para lograrlo es
indispensable asumir un "criterio prioritario y permanente": el de
contemplar y hacer propio, desde el punto de vista espiritual, intelectual y
existencial, "el corazón del kerigma", es decir, "la siempre
nueva y fascinante gozosa noticia del Evangelio de Jesús". Y el Papa continúa,
refiriéndose a la Constitución Apostólica Veritatis gaudium:
Entonces será posible llevar a cabo un "amplio
diálogo: no como una mera actitud táctica, sino como una exigencia intrínseca
para hacer experiencia comunitaria de la alegría de la Verdad y para
profundizar su significado y sus implicaciones prácticas".
“Hacer
red" y no idealizar excesivamente la vida cristiana
Francisco subraya la necesidad de que las
instituciones eclesiales de todo el mundo aprendan a "conectarse"
entre sí, pero también con las realidades académicas de los diversos países y
con "las que se inspiran en las diferentes tradiciones culturales y
religiosas", para encontrar juntos soluciones adecuadas a los
"problemas de importancia de época que afectan a la humanidad hoy".
Refiriéndose en particular a la Academia Alfonsiana, el Papa señala la
perspectiva -en fidelidad a sus propias raíces- de un compromiso aún mayor
"por una teología moral animada por la tensión misionera de la Iglesia
"en salida”. Y citando la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia,
recomienda:
“Como San Alfonso, debemos evitar siempre dejarnos
encerrar en posiciones escolares o en juicios formulados ‘lejos de la situación
concreta y de las posibilidades reales’ de los individuos y de las familias. De
la misma manera, necesitamos protegernos de una `idealización excesiva' de la
vida cristiana que no es capaz de despertar confianza en la gracia”.
Escuchar los
sufrimientos y las esperanzas del hombre de hoy
Se trata, pues, de escuchar sin temor a la realidad
concreta y a la voz del Espíritu, para "ayudar a todos a caminar con
alegría por el camino del bien". Siguiendo el ejemplo del mismo San
Alfonso, afirma el Papa:
“Las realidades que hay que escuchar son sobre todo
los sufrimientos y las esperanzas de aquellos a los que las múltiples formas de
poder del pecado siguen condenando a la inseguridad, la pobreza y la
marginación. San Alfonso comprendió pronto que no se trataba de un mundo del
cual defenderse, y mucho menos para condenar, sino para curar, curar y liberar,
a imitación de la acción de Cristo: encarnarse y compartir las propias
necesidades, despertar las expectativas más profundas del corazón, hacer
experimentar que cada uno, por frágil y pecador que sea, está en el corazón del
Padre celestial y es amado por Cristo incluso hasta la cruz”.
La lógica de la
misericordia guía de la teología moral
La misericordia es, por tanto, para Francisco, la
palabra clave de la teología moral. De hecho, Jesús dijo a sus discípulos “que
no vino para condenar al mundo, sino para salvar al mundo”. La integridad de la
enseñanza moral de la Iglesia debe ser siempre cuidada, pero los valores más
elevados del Evangelio deben ser evidenciados, en primer lugar, la caridad. Y
cita al apóstol Pablo, según el cual el Espíritu traído por Jesús libera “de la
ley del pecado y de la muerte” y nos hace hijos de Dios, hijos libres del
temor.
Superar la
ética individualista frente a los desafíos actuales
Luego el Papa mira a nuestro mundo cada vez más
globalizado y con desafíos globales que requieren la superación de la ética
individualista y la disposición para responder. Y señala tres de ellos en
particular, empezando por aquel debido "al dominio creciente de la lógica
de la competitividad y de la ley del más fuerte que considera al ser humano en
sí mismo como un bien de consumo". Luego cita la emergencia ecológica,
"el grito de la tierra, violada y herida de mil maneras por la explotación
egoísta". Y añade espontáneamente:
“Me llama la atención el hecho de que cuando ejercito
el ministerio de la reconciliación o lo ejercitaba, incluso antes, rara vez
alguien se acusa de haber violado la naturaleza, la tierra, la creación.
Todavía no somos conscientes de este pecado. Es su trabajo hacerlo”.
Las nuevas
fronteras de las ciencias biomédicas
Campo de investigación moral siguen siendo "las
nuevas posibilidades que el desarrollo de las ciencias biomédicas pone a
disposición de la humanidad". Y precisa:
“Sin embargo, el testimonio franco del valor
incondicional de cada vida no debe perderse nunca, reiterando que la vida más
débil e indefensa es aquella de la que estamos llamados a hacernos cargo de
manera solidaria y con fe”.
No dudar en
“ensuciarse las manos”
El Papa concluye su discurso invitando a la Academia
Alfonsiana a continuar su compromiso "por una teología moral que no duda
en ‘ensuciarse las manos’ con la concreción de los problemas”, “testimoniando
con franqueza al Cristo camino, la verdad y la vida”.
Ciudad del Vaticano
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