“La
cultura del encuentro es un llamado e invitación a atreverse a mantener vivo un
sueño en común”
¡Qué
bueno volver a encontrarnos y hacerlo en esta tierra que nos recibe con tanto
color y calor! Juntos en Panamá, la Jornada Mundial de la Juventud es otra vez
una fiesta de alegría y esperanza para la Iglesia toda y, para el mundo, un
enorme testimonio de fe. Estas son las palabras con las que Francisco saluda a
la juventud reunida en la ceremonia de apertura.
Recordando Cracovia
El
Papa comienza su mensaje frente a unos 250,000 jóvenes, recordando la JMJ en
Cracovia, “donde algunos me preguntaron si iba a estar en Panamá y les
contesté: “yo no sé, pero Pedro seguro va a estar. Pedro va a estar”. Hoy me
alegra decirles: Pedro está con ustedes para celebrar y renovar la fe y la
esperanza”.
Seguidamente,
animó a los jóvenes a ir adelante, a ser “testigos del Evangelio” y, a caminar
y escucharnos juntos, “complementándonos, testimoniando al Señor en el servicio
a los hermanos”.
Vencer las
dificultades
En
relación con las dificultades que los jóvenes han tenido para el viaje, el Papa
dice: “Sé que llegar hasta aquí no ha sido nada fácil. Conozco el esfuerzo, el
sacrificio que realizaron para poder participar en esta Jornada. Muchos días de
trabajo y dedicación, encuentros de reflexión y oración hacen que el camino sea
en gran medida la recompensa. El discípulo no es solamente el que llega a un
lugar sino el que empieza con decisión, el que no tiene miedo de arriesgar y
ponerse a caminar”.
El
Papa recordó que los primeros en llegar fueron los indígenas y los
descendientes de africanos, pues tuvieron su encuentro, días antes de la JMJ, y
ahora son parte de esta gran celebración.
El Papa llama a los jóvenes a la unidad
El
Papa invita a los jóvenes a que “Con sus gestos y actitudes, con sus miradas,
sus deseos y especialmente con su sensibilidad desmienten y desautorizan todos
esos discursos que se concentran y se empeñan en sembrar división, en excluir o
expulsar a los que “no son como nosotros”. Insiste: “Por el contrario, sabemos
que el padre de la mentira prefiere un pueblo dividido y peleado, a un pueblo
que aprende a trabajar juntos”.
La cultura del encuentro
Para
el Papa, “La cultura del encuentro es un llamado e invitación a atreverse a
mantener vivo un sueño en común. Sí, un sueño grande y capaz de cobijar a
todos. Ese sueño por el que Jesús dio la vida en la cruz y el Espíritu Santo se
desparramó y tatuó a fuego el día de Pentecostés en el corazón de cada hombre y
cada mujer, en el tuyo y en el mío”. "Ustedes son verdaderos
maestros y artesanos de la cultura del encuentro, es la que nos hace caminar
juntos, desde nuestras diferencias". "Todos somos GCU (gente como
uno)". El amor verdadero no anula las legítimas diferencias. Esto lo dijo
Benedicto XVI. Todos, un saludo con las manos al Papa Benedicto. El demonio le
tiene miedo al pueblo que aprende a trabajar juntos".
El
Papa Francisco insiste en este aspecto y afirma: “A un santo de estas tierras
le gustaba decir: «el cristianismo no es un conjunto de verdades que hay que
creer, de leyes que hay que cumplir, o de prohibiciones. Así resulta muy repugnante.
El cristianismo es una Persona que me amó tanto, que reclama y pide mi amor. El
cristianismo es Cristo» (cf. S. OSCAR ROMERO, Homilía, 6 noviembre 1977); es
desarrollar el sueño por el que dio la vida: amar con el mismo amor que nos ha
amado”.
Lo que nos mantiene unidos
Francisco
subraya que lo que nos mantiene unidos es “Un amor que no “patotea” ni aplasta,
un amor que no margina ni calla, un amor que no humilla ni avasalla. Es el amor
del Señor, amor cotidiano, discreto y respetuoso, amor de libertad y para la
libertad, amor que sana y levanta”. "Ustedes quieren ser constructores de
puentes". El Papa preguntó a los jóvenes: "Cómo se llama el sueño
nuestro? La multitud respondió: Jesús. "el amor que nos une hoy a nosoros
es ese amor humilde, que no se pavonea, que no es orgulloso". No tengan
miedo de ese amor que es servicio, que es ternura, que gasta la vida".
María, ejemplo del amor
que vale la pena
Francisco,
dirigiéndose a los jóvenes pregunta: “María se animó a decir “sí”. Se animó a
darle vida al sueño de Dios. Y es lo mismo que el ángel te quiere preguntar a
vos, a vos, a mí: ¿querés que este sueño tenga vida? ¿Querés darle carne con
tus manos, con tus pies, con tu mirada, con tu corazón?”.
Lo más esperanzador del
encuentro
Francisco
afirma que “Lo más esperanzador de este encuentro serán vuestros rostros y una
oración. Cada uno volverá a casa con la fuerza nueva que se genera cada vez que
nos encontramos con los otros y con el Señor, llenos del Espíritu Santo para
recordar y mantener vivo ese sueño que nos hermana y que estamos invitados a no
dejar que se congele en el corazón del mundo”. El Papa invitó a la multitud a
repetir: "Señor, enséñame a amar como tú me has amado".
El
mensaje papal termina agradeciendo a Mons. Ulloa y a todo el equipo organizador
de la jornada por su trabajo y dedicación para que la JMJ fuese una realidad.
"Que Panamá sea un canal donde el Señor se irradie a todos los lugares de
la tierra. Que Santa María la Antigua los acompañe y los cuide".
Manuel
Cubías – Ciudad del Vaticano
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