El Cardenal Fernando Sebastián, el primer cardenal español que nombró el papa Francisco, ha fallecido en Málaga este jueves 24 de enero a los 89 años de edad
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2019.01.25 El cardenal español Fernando Sebastian Aguilar murió este jueves a la edad de 89 años (Elentir) |
Desde
2007 residía en esta ciudad, donde seguía colaborando con la Diócesis en la
formación teológica y en el acompañamiento espiritual.
Fue
administrador apostólico de la Diócesis de Málaga de 1991 a 1993, época de la
que afirmaba: «me llevé muchas cosas de Málaga en el corazón». Fue secretario
general de la Conferencia Episcopal Española de 1983 a 1988 y vicepresidente de
la misma en los periodos de 1993 a 1999 y de 2002 a 2005.
En
2007, el papa Benedicto XVI aceptó su renuncia al Arzobispado de Pamplona y
Tudela por razones de edad. Desde entonces fijó su residencia en la Diócesis de
Málaga, donde ha continuado formando a laicos, religiosos, seminaristas y
sacerdotes a través de los centros teológicos de la Diócesis y en numerosas
conferencias. El cardenal Sebastián ha estado siempre disponible para acompañar
espiritualmente a los fieles, ofreciendo retiros y ejercicios espirituales.
Como administrador apostólico de la Diócesis de Málaga, fue presidente fundador
hace 26 años de la Fundación Victoria, heredera de la centenaria obra de los
colegios diocesanos de Málaga.
El
1 de noviembre de 1992, el entonces Administrador Apostólico ponía en marcha
esta plataforma educativa que reunía a los distintos patronatos docentes de la
Iglesia de Málaga. El cardenal Fernando Sebastián recordaba este momento en la
celebración del XXV aniversario celebrada hace unos meses. «Desde el principio
me había preocupado por conocer la situación de las “Escuelas Rurales”. Eran
una realidad eclesial y evangelizadora importante en la que estaban implicadas
muchas personas.
Religioso claretiano
Como
religioso claretiano, el cardenal Fernando Sebastián ha mantenido siempre una
estrecha relación con la comunidad claretiana de Nuestra Señora del Carmen, en
Málaga capital, con la que compartía momentos de encuentro y fraternidad. Como
Hijo de María, mantuvo siempre una gran devoción a la Madre de Dios. En estos
últimos años, no ha dejado de cultivar su deseo de conocer y dar a conocer más
a Jesucristo y a la Iglesia. Ha continuado escribiendo numerosos libros, en
especial sobre Antropología Teológica, Eclesiología, Vida Consagrada, Teología
y Pastoral de los Sacramentos. Entre sus últimos títulos se encuentran
“Sembrando la Palabra” (2008), “Evangelizar” (2010), “La fe que nos salva” (2012),
“María, madre de Jesús y Madre nuestra” (2013) “Memorias con esperanza” (2016),
“Diez cosas que el papa Francisco quiere que sepas sobre la familia” (2016)
“Reflexionar con la Amoris Laetitia” (2017) y “La esperanza no defrauda”
(2017).
En
su autobiografía “Memorias con esperanza” recogía sus vivencias del periodo de
la Transición democrática en España, y afirmaba: «los que hemos vivido a lo
largo de estos años pasados tenemos la obligación de ayudar a los más jóvenes a
conocer la compleja realidad de nuestra historia en toda su verdad. En nuestra
sociedad hay demasiadas tensiones, demasiados rechazos, demasiadas exclusiones.
Los españoles, desde la Ilustración, tenemos necesidad de aprender a convivir,
necesitamos aceptarnos unos a otros, tal como somos. Tenemos detrás una gran
historia y un gran patrimonio cultural que nos hace ser lo que somos. Tenemos
que aprender a aceptarlo con gratitud, sin eximentes».
En el 2014 creado
cardenal
En
febrero de 2014, ya residiendo en Málaga, fue creado cardenal por el papa
Francisco, siendo el primer cardenal español del nuevo pontificado. Ante la
noticia, afirmó sentir «agradecimiento al Santo Padre por este gesto de estima,
gratuito, que yo no tengo ningún mérito para recibir, y también quiero
agradecerlo al Señor y pedirle la gracia de seguir en su servicio mientras esté
en este mundo». Ha participado en seis asambleas del Sínodo de los Obispos, la
última, la del Sínodo Extraordinario sobre la Familia celebrado en octubre de
2014 en Roma. En la Diócesis de Málaga, ha contribuido a la difusión de los
desafíos pastorales que dicho sínodo plantea, mediante conferencias y charlas
en diversos ámbitos eclesiales.
En
una reciente entrevista, en febrero de 2016, afirmó que daba gracias a Dios por
“llegar a viejo” «y no me duele decir la palabra. Creo que un hombre no es del
todo él mismo hasta que no vive su propia vejez, porque es la última fase de la
cocción que uno tiene que hacer para madurar, para poder ir al cielo. Y yo doy
muchas gracias a Dios por estos años de serenidad, de distancia, de humildad…
porque el jubilado en la vida no es nadie y se va muy a gusto por la calle sin
ser nadie. Y vives muy a gusto con la gente, ves las cosas como no las has
visto en tu vida, y tienes una distancia de tu propia vida, que te permite ver
las realidades de la sociedad sin aspiraciones, sin pasiones, sin codicias. Eso
da paz, serenidad y sabiduría, y una sabiduría que no puedes usar para
imponerte sobre nadie sino para madurar tú tu propia vida. Yo me imagino que
estoy retocando el conjunto de mi vida, adecentándola en presencia de Dios y
tratando de ser mejor cristiano de lo que he sido en los años anteriores»,
decía.
Después
del consistorio del 22 de febrero del 2014, ha alcanzado la cuota de 120
cardenales, y de los cuales 122 electores. Un año más tarde, los
cardenales electores subieron a 125. Y en el consistorio del 2018, el colegio
cardenalicio alcanzó la cuota de 227 cardenales de los cuales 125 electores, y
102 no electores.
Patricia
Ynestroza-Ciudad del Vaticano
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