3 Dom. Tiempo Ord.
(Ciclo C)
MONICIÓN
DE ENTRADA
Buenos
días, hermanos, sed bienvenido a la celebración de la Eucaristía.
Acabamos
de hacer la Señal de la cruz, al tiempo que hemos pronunciado el nombre de
Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo sobre nosotros. A través de este pequeño
gesto nos hemos constituido en Asamblea santa, es decir, en Iglesia que por el
Espíritu y unida a Jesús se ofrece al Padre para alabarle y darle gracias. Este
es el gran Misterio de la fe que somos y actualizamos.
Dispongámonos
a celebrar con fe esta Eucaristía, fuente y meta de nuestra vida cristiana.
MONICIÓN
A LAS LECTURAS
Dios
se comunica por medio de su Palabra. Ella tiene poder para dar sentido a
nuestra vida y fortalecernos con su gracia. Nunca agradeceremos lo suficiente
que Dios nos dirija su Palabra, a cada uno, personalmente.
Y,
sin embargo, la Palabra divina espera nuestra respuesta para poder realizar su
obra. En Nazaret, Jesús, pronuncia la Palabra de Dios, ser abre a su gracia y
la cumple en su propia persona.
Escuchemos
con atención las lecturas que hoy se nos proclaman, y tengamos ante la Palabra
divina la misma actitud que tuvo Jesús, nuestro Maestro y Señor.
ORACIÓN
DE LOS FIELES
A
cada suplica respondemos: ¡Que tu Espíritu, Señor, nos abra a tu Palabra!
-
Por todos los cristianos, para que la gracia que recibimos el día de nuestro
bautismo nos haga oyentes y obedientes de la Palabra divina. OREMOS.
-
Por nuestros políticos que ya preparan la próxima campaña electoral, para que
busquen los intereses del pueblo y conciban el gobierno como un servicio. OREMOS.
-
Por los pueblos que viven bajo el yugo del totalitarismo, para que encuentren
los caminos que conducen pacíficamente a la libertad. OREMOS.
-
Por los enfermos, por los que viven en las residencias de ancianos, por los que
se enfrentan al olvido y a la soledad, para que encuentren personas que les
acompañen y consuelen. OREMOS.
-
Por nuestra comunidad parroquial, para que, más allá de otras motivaciones, seamos
una comunidad reunida por la escucha de la Palabra de Dios. OREMOS.
ORACIÓN
FINAL
Señor,
Jesús, Tú eres la Palabra del Padre,
en
Ti halla cumplimiento todas las profecías
con
las que Dios alentó la esperanza de su Pueblo,
Tú
eres la realización plena de todas sus promesas.
Te
damos gracias,
porque
te has revelado a cada uno de nosotros,
porque
tu Espíritu nos ha manifestado
que
Tú eres, en verdad, la comunicación del Padre,
la
salvación que nos había prometido.
Te
pedimos, Señor, Hermano nuestro,
que
nos envíes tu Espíritu,
que
Él abra nuestras mentes
a
la comprensión de tus palabras
y
mueva nuestros corazones
al
cumplimiento de la voluntad del Padre.
¡Oh,
buen Jesús!,
cómo
nos gustaría que tus palabras
tomaran
carne en nuestras vidas
y
que nos hicieran testigos fiables de tu Evangelio;
deseamos
ser verdaderos apóstoles tuyos,
de
modo que quien nos vea
pueda
reconocer tu presencia en nuestras vida.
Amén.