¿Cable
o luz?
Hola,
buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Acabo
de estar en la sala de comunidad calentándome un poco, pues el frío ya es
intenso. En esta época, si cuando sientes el frío no te lo sacas del cuerpo, es
seguro que acabas en catarro... y la verdad es que espero no pasar muchos
catarros este año, aunque alguna por aquí ya ha caído...
Pues,
sentada en la sala, he mirado hacia el fondo y he visto el nacimiento puesto.
Lo he estado observando. Tras un buen rato me he dado cuenta de que, alrededor
del belén, hay una tela que cae hasta el suelo. Inmediatamente me ha surgido la
pregunta: ¿Qué hay realmente debajo del nacimiento?
Tan
fácil como acercarme y “levantar las faldas”. Muy decidida lo he hecho, y lo
que me he encontrado han sido cables, cajas vacías, regletas, musgo, sillas y
mesas que formaban la estructura...
Mi
sorpresa ha sido descubrir que, todo eso tan caótico que estaba viendo, es lo
que hace posible que el belén luzca y sea tan bonito, es lo que lo soporta para
que brille. Sin esos cables, mesas, sillas... no sería posible lo que se ve tan
bello por encima.
Y
me he dado cuenta de que unas veces nos toca ser nacimiento; y, otras, ser
cables; pero tanto lo uno como lo otro es imprescindible.
El
problema viene cuando no sabemos permanecer ocultos dando vida para que otros
brillen; porque brillar es muy fácil, pero estar debajo, sosteniendo, es más
complicado, es aceptar y amar los dones de los demás y, como nos dice Jesús,
alegrarnos con la alegría del hermano.
Cristo,
en su vida, tuvo momentos de todo tipo, y Él sabía estar y valorar cada
instante. Su felicidad estaba en dar gracias al Padre Dios por todo lo que
vivía. No se lamentaba por lo que no era o no tenía; al revés, siempre le
surgía la acción de gracias por todo.
Hoy
el reto del amor es hacer algo a una persona para sostenerla y dejar que ella
brille; tú quédate en segundo plano y sé feliz con su felicidad. Servir es
Amar.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma