Vuelve
a ser feliz
Hola,
buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Unas
hermanas de otra congregación nos han hecho un pedido para sus próximos
campamentos. Se trata de unas pulseras en forma de cruz, con su logotipo y
frases como “Servir es amar”, “Ven y sígueme...”
Se
trataba de un proyecto de gran envergadura: ¡1.000 cruces a grabar! Hicimos el
diseño y comenzamos el trabajo.
Pero
había algo que iba mal. Me parecía extraño que la máquina tardase tanto, cuando
“literalmente” es como un rayo... ¿Qué estaba sucediendo? No era normal en
ella, y nuestro mayor miedo era que se rompiera la máquina por forzarla.
Así
pues, detuvimos el trabajo y nos pusimos a revisarlo todo para ver qué sucedía.
Al
poco nos dimos cuenta de que la imagen no estaba bien vectorizada, y esto hacía
que la máquina grabase con tanta lentitud. Volvimos a trabajarla y... ¡nuestro
rayo funcionó de nuevo con toda su potencia!
Después,
mientras estaba orando y dando gracias al Señor por haber encontrado lo que
pasaba, me di cuenta de que algunas veces esto mismo nos ocurre a nosotros. ¿No
te ha sucedido alguna vez que comienza a costarte ir a la oficina, o que una
persona te empieza a resultar pesada, o que le coges miedo a algo?
Siempre
habías estado feliz con ello y, de pronto, ¿sientes que cada día se te hace más
pesado ese trabajo o el trato con esa persona...? ¿Qué ha sucedido? Quizá aún
no sepas ponerle palabras, pero lo más importante es no rendirte pensando que
tiene que ser así porque no hay otra.
La
cuestión es importante, porque por dentro puedes llegar a romperte. Por eso es
necesario pararse, y mirar dentro de nosotros. Quizá guardas un cierto rencor
que te está atascando, o una herida que necesitas sanar, o ese perdón que tanto
necesitas...
Hemos
sido creados por Amor, y el mismo Dios ha querido compartir con nosotros su
felicidad eterna. Él desea que todos los momentos de nuestra vida estén llenos
de esta huella de felicidad. Por ello, cuando algo te está atascando, lo mejor
es detenerse y preguntarle al Señor qué sucede. Muy pronto escucharás la
respuesta en tu corazón, y las respuestas del Señor no son frases hechas, sino
que sus Palabras son la medicina que tu corazón necesita para volver a
funcionar.
Hoy
el reto del amor es detener tu ritmo y orar qué sucede. No te conformes con ir
tirando, estás llamado a mucho más que eso. Para, ora con Jesús. Él siempre nos
habla en Verdad, pero la Verdad sana y nos hace libres para poder continuar.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma