El Papa puntualiza sobre el papel que debe jugar la Santa Sede: “defender a los desprotegidos, que aliente el diálogo y la libertad, que reclame ante violaciones de los derechos humanos”
Muchas
han sido las preocupaciones que el Papa Francisco ha tenido durante el 2018 y
que tendrá que continuar en el año que está por comenzar. Sin embargo, resaltan
cuatro temáticas: cercanía con el pueblo, la justicia social, las migraciones y
las reformas de la curia romana.
El
Papa Francisco ha hecho de estas cuatro preocupaciones, tema de su
pontificado. Lograr que esta manera de ser pontífice perdure más allá de
su papado no es una tarea fácil. Poco a poco va consolidando lo que será su
herencia.
Cercanía
con el pueblo
El
Papa de la Gente. Francisco, nació en un barrio de Buenos Aires, proveniente de
una familia de inmigrantes, trabajadora. Cuando creció, se decidió por el
sacerdocio, aunque su madre hubiera querido que fuera médico. Enfrentó
dificultades y aprendió a superarlas durante sus 14 años de formación en la
Compañía de Jesús.
Para
Francisco, cercana al pueblo es aquella persona que “logra interpretar el
sentir de un pueblo, lo que puede ser la base para un proyecto transformador y
duradero”. En el caso de conflictos político-sociales, el Papa puntualiza sobre
el papel que debe jugar la Santa Sede: “defender a los desprotegidos, que
aliente el diálogo y la libertad, que reclame ante violaciones de los derechos
humanos”.
Defensa de la justicia
El
tema de la justicia el Papa Francisco lo ubica en el contexto de los esfuerzos
mundiales para erradicar la pobreza, promover el empleo digno, la igualdad
entre los sexos y el acceso al bienestar social. Detrás de estas preocupaciones
está la consideración fundamental de la convivencia pacífica y próspera que
solo es fruto de la superación de la inequidad entre los pueblos y entre las
personas, así como de los esfuerzos de promoción y desarrollo de todos los
seres humanos.
Para
Francisco la justicia no es una cuestión teórica. Lo deja claro cuando habla
del tema del trabajo. Para él, trabajo quiere decir: “dignidad”, “llevar a casa
el pan de cada día”, “amar”. A esto se opone la precariedad que caracteriza a
muchos empleos. “Es inmoral”, “mata la dignidad, la salud, la familia, la
sociedad”.
Las migraciones y la vida
en peligro
Muchos
han sido los gestos y palabras que muestran la preocupación del Papa sobre los
refugiados y migrantes. Siria, Libia, Yemen, la minoría musulmana rohingya en
Myanmar, Congo, Nicaragua, Venezuela, la caravana de centroamericanos. Esta es
una lista mucho más larga. La mirada del Papa sigue puesta en todos estos
escenarios donde la vida de miles de seres humanos está en peligro.
No
basta con expresar la solidaridad, la Iglesia llama a Europa y a los países que
pueden acoger refugiados y migrantes, a no cerrar puertas, pues ellos huyen de
un destino cruel de esclavitud e incluso de la tortura y la muerte.
Reformas
Con
la reestructuración de la curia, Francisco busca hacerla más cercana, de manera
que su respuesta ante los problemas que vive la Iglesia y la sociedad sea más
ágil. Esto supone, también, una reforma a la gestión financiera,
evitar gastos innecesarios, así como promover la transparencia y la
responsabilidad. Estos cambios alcanzan a los medios de comunicación vaticanos,
que actualmente pasan por la reestructuración.
La
reunión con todos los presidentes de conferencias episcopales del mundo para
profundizar sobre la problemática de los abusos a menores es un desafío a corto
plazo.
Manuel
Cubías – Ciudad del Vaticano
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