Prácticamente
todas las mañanas, el obispo de Roma celebra misa a las 7h en la pequeña
capilla de la planta baja de la Casa de Santa Marta
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OSSERVATORE ROMANO / AFP |
La basílica de San Pedro, la capilla Sixtina e incluso la parroquia de Santa Ana son conocidas por visitantes y peregrinos en el Vaticano. Sin embargo, el pequeño Estado cuenta con otros lugares de oración, habitualmente cerrados al público. Hoy, descubrimos la capilla de la residencia de Santa Marta, donde el Papa celebra su misa diaria
Entre
las capillas menos conocidas del Vaticano hay una que recibe una atención casi
diaria entre muchos fieles: la capilla del Espíritu Santo, también conocida
como Santa Marta, por el nombre de la residencia que la alberga. En efecto, es
aquí donde el papa Francisco celebra su misa diaria y cuyas homilías atraviesan
las paredes de la capilla gracias a la publicación de extractos en el portal
oficial Vatican News.
Desde
el inicio de su pontificado, el papa Francisco no ha querido instalarse en los
apartamentos pontificios del Palacio Apostólico, sino que escogió la residencia
de Santa Marta. Este enorme inmueble fue construido en 1996 al sur de la
basílica de San Pedro, inicialmente para servir de alojamiento a los huéspedes
de paso y para los cardenales durante los cónclaves. Sus habitaciones, cómodas
pero sin ostentaciones, están amuebladas con sobriedad.
Para
el Soberano Pontífice argentino, la elección de esta residencia estuvo guiada
ante todo por el deseo de escapar de la soledad inherente a su cargo de jefe de
la Iglesia católica. Instalado en la habitación número 201 de Santa Marta, el
ocupante papal puede tener hasta 130 vecinos, repartidos en las cuatro plantas
que componen este hotel eclesiástico.
Prácticamente
todas las mañanas, el obispo de Roma celebra misa a las 7h en la pequeña
capilla de la planta baja de la Casa de Santa Marta, entre la residencia y la
Muralla Leonina: la capilla del Espíritu Santo. A esta eucaristía pueden
asistir diariamente unas cincuenta personas de entre los empleados del
Vaticano. Los fieles “jubilares”, es decir, que celebran un aniversario
importante de matrimonio o de ordenación, pueden solicitar asistir también.
Desde
2014, el sucesor de Pedro ha propuesto incluso que la misa esté abierta a los
feligreses romanos, para que puedan rezar junto a su obispo. Son los curas de
la capital italiana los encargados de pedir autorización para participar en la
celebración con un grupo de fieles. Son unos 25 privilegiados los que reciben
permiso para asistir cada día.
Muchos motivos
triangulares
Dedicada
a la tercera persona de la Trinidad, hay muchos elementos decorativos de la
capilla que evocan al Espíritu Santo. Una paloma dorada, por ejemplo, domina
uno de los ábsides. Sobre el altar se lee una inscripción en latín: “Ven
Espíritu Santo a renovar el corazón de tus fieles”. Toda la capilla está
compuesta por motivos triangulares, símbolo de la Trinidad. Es el caso del
enlosado, por ejemplo, cuyos colores recuerdan la bandera del Vaticano. El
mármol del altar, la techumbre o incluso los pilares a lo largo de la nave se
componen también de motivos triangulares.
Además,
la capilla está decorada en su lado derecho con un gran ventanal que da
directamente a la muralla que forma la frontera del Estado más pequeño del
mundo. En el lado izquierdo, una Santa Virgen en bronce vela a su Hijo en
brazos. Tiene la cabeza girada hacia el ambón en mármol blanco, donde predica
el Pontífice. Cabe destacar la presencia de un pequeño órgano, regalo al papa
Juan Pablo II de parte de la organización benéfica estadounidense de los
Caballeros de Colón en 1997.
Este
pequeño remanso de paz moderno y silencioso recibe cada día las oraciones del
Vicario de Cristo sobe la tierra. El Sucesor de Pedro no solo celebra misa y
predica en este lugar, sino que también se recoge en silencio en ciertos
momentos del día, en particular por la tarde, para un tiempo de meditación.
I.Media
Fuente:
Aleteia