El
tweet del Papa toma inspiración en su Mensaje Navideño 2017, en el que hacía un
repaso de cada rincón del mundo donde sufren los niños
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Foto de archivo (AFP or licensors) |
En
el día en que la Iglesia recuerda a los Santos Inocentes, el Papa Francisco
lanza una invitación en su cuenta de twitter: «Acojamos en el Niño Jesús el
amor de Dios y esforcémonos para hacer que nuestro mundo sea más humano, más
digno de los niños de hoy y de mañana».
El
tweet del Papa toma inspiración en su Mensaje Navideño 2017, en el cual
afirmaba: «mientras el mundo se ve azotado por vientos de guerra y un modelo de
desarrollo ya caduco sigue provocando degradación humana, social y ambiental,
la Navidad nos invita a recordar la señal del Niño y a que lo reconozcamos en
los rostros de los niños, especialmente de aquellos para los que, como Jesús,
‘no hay sitio en la posada’»
Ver a Jesús en los rostros
de los niños que sufren
En
el Mensaje de 2017, el Romano Pontífice hacía un repaso de cada rincón del
mundo donde sufren los niños, visualizando a Jesús en los rostros de los niños
en Oriente Medio, en donde «siguen sufriendo por el aumento de las tensiones
entre israelíes y palestinos», o los rostros de los niños de Siria, «marcados
aún por la guerra que ha ensangrentado ese país en estos años». O los rostros
de los niños de Irak, de Yemen, o de África. Los de todos los niños de
las «zonas del mundo donde la paz y la seguridad se ven amenazadas por el peligro
de las tensiones y de los nuevos conflictos», o aquellos de los «tantos niños
obligados a abandonar sus países, a viajar solos en condiciones inhumanas,
siendo fácil presa para los traficantes de personas».
El Evangelio del Día
El
Evangelio del día narra: «Cuando se marcharon los magos, el ángel del Señor se
apareció en sueños a José y le dijo: ‘Levántate, coge al niño y a su madre y
huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar
al niño para matarlo’. José se levantó, cogió al niño y a su madre, de noche,
se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que
dijo el Señor por el profeta: ‘Llamé a mi hijo para que saliera de Egipto’. Al
verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los
niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo
por lo que había averiguado de los magos. Entonces se cumplió el oráculo del
profeta Jeremías: ‘Un grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes; es
Raquel, que llora por sus hijos y rehúsa el consuelo, porque ya no viven’».
Comentario al Evangelio
Jesús,
desde su nacimiento, fue como una bandera discutida que provocó la adhesión de
unos y el rechazo de otros. Herodes, por una parte, y José y María, por otra, encarnan
en este relato las dos posturas contrapuestas. La Virgen de Nazaret, aceptando
ser su madre, asumió que desde ese momento que toda su vida era relativa a
Cristo. Sabía que, a partir de entonces, su existencia estaba en función de
aquel de quien era madre. Probablemente, no intuía que el seguimiento de su
hijo iba a empezar tan pronto ni que la iba a conducir a un país
extranjero.
(Con
información de Vida Nueva Digital)
Ciudad
del Vaticano
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