COLABORACIÓN DE JUAN CARLOS CARVAJAL PARA LA FIESTA DE SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS

La Octava de la Navidad:
Santa María Madre de Dios 

MONICIÓN DE ENTRADA

Buenos días, ¡Feliz año nuevo!

Una semana después de la Navidad, nos hemos reunido para celebrar su Octava. Durante estos días la Iglesia nos ha invitado a contemplar el misterio de la encarnación del Hijo de Dios y a gozarnos con su amor.

Hoy la liturgia pone el foco de atención en María, la Virgen. Ella con su sí al Ángel se ha convertido en la puerta por la que nos viene la salvación. Ella es la Madre de Dios. 

También hoy celebramos la Jornada mundial por la Paz, en la que el papa Francisco sostiene que la buena política es la que está al servicio de la paz.
Iniciemos con gozo esta celebración.

MONICIÓN A LAS LECTURAS

Acabamos de iniciar un año nuevo. Siempre que iniciamos algo lo vivimos llenos de incertidumbres y de esperanzas: ¿Qué nos espera en este año que comenzamos?, ¿qué avatares y circunstancias nos vamos a encontrar?

El Señor conoce nuestras inquietudes y quiere acompañarnos en ellas. Las lecturas de hoy nos anuncian que su bendición nos acompaña. ¿Tendremos las mismas actitudes de los pastores para reconocer su presencia humilde?
Escuchemos atentamente la Palabra de Dios.


ORACIÓN DE LOS FIELES

A cada suplica respondemos: ¡Bendícenos, Señor!

- Por la Iglesia para que sea bendición de Dios para los pueblos en los que se halla inserta. OREMOS.

- Por los gobernantes de todos los pueblos, para que construyan un mundo en el que reine la justicia y la paz. OREMOS.

- Por quienes se encuentran cansados de la vida, para que a lo largo de este año reciban la buena noticia del Evangelio. Oremos.

- Por los niños y los jóvenes que sienten la vida como un horizonte abierto, para que no tengan miedo al futuro y se abran a la bendición de Dios. OREMOS.

- Por todos nosotros, para que a lo largo del año que empieza acojamos la compañía que Dios nos ofrece. OREMOS.


ORACIÓN FINAL


Gracias, Señor, porque nos mantienes en la vida,
porque un año más
nos das nuevamente la oportunidad
de vivir en tu presencia.

¿Qué nos pasa, Señor,
que a la primera de cambio nos olvidamos de ti?
¿Por qué nos dejamos absorber
por cosas sin importancia y no servimos tu Reino?

Señor, enséñanos las actitudes de los pobres,
de esos que esperan en Ti,
de esos que buscan los signos de tu presencia,
de esos que tienen en tu amor su mayor tesoro.

¡Cómo cambiaría nuestra vida
si Tú estuvieras en el centro!
¡Cuánta esperanza podríamos dar al mundo
si verdaderamente fuéramos tus servidores!

Te pedimos que nos bendigas,
y que tu bendición nos acompañe a lo largo del año,
para que nosotros, a nuestra vez,
bendigamos a los que se sienten desheredados.

Gracias, Señor.