Problema
esponsal
Hola,
buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Admito
que, desde que profesé solemne, trato de cuidar mucho mi anillo. Ya sé que
llegará un momento en que se rayará, o perderá su brillo, o... ¡pero mejor que
suceda lo más tarde posible!
El
otro día me tocaba de cocina, así que, nada más empezar, me quité la alianza,
el anillo-rosario y, tras engancharlo todo en el reloj, lo dejé en la mesa.
Cuando,
al final de la mañana, fui a mirar la hora, ¡¡no estaba!! Ni reloj, ni anillos,
¡nada!
Traté
de mantener la calma, pero, solo de pensar que había perdido la alianza... me
moría del disgusto. Soy muy despistada, sí, pero, perderla en menos de tres
meses, ¡es demasiado!
A
todas las monjas que pasaban por la cocina les iba preguntando por mi alianza
perdida, y más de una se volvió loca rebuscando por todo el convento.
-No
te preocupes -me dijo una hermana- Si fuese la alianza sola, podrías despedirte
de ella; pero, enganchada en el reloj, la encontraremos.
Y,
efectivamente, el reloj apareció en la sala de trabajo, donde había ido un
momento a primera hora de la mañana. ¡Y mis anillos seguían enganchados!
Dando
gracias al Señor, caí en la cuenta de que “enganchados es más difícil
perderse”. Si hubiese perdido la alianza, con lo pequeña que es, tal vez no
habría sido posible encontrarla... ¡pero todas buscábamos el reloj! Buscar “el
conjunto” resultaba más fácil, ¡y acabó funcionando!
Es
impresionante descubrir que, a lo largo de la Historia, el Señor siempre ha
escogido a un grupo, un pueblo, ¡siempre ha querido una familia! Y es que Él
sabe muy bien que, caminando juntos, es más difícil perderse.
Es
cierto que, a veces, la convivencia puede ser algo complicada, o tal vez
necesite de acrobacias para seguir adelante, sobre todo con “elementos
distintos…” Bueno, seguro que mi alianza se vería extraña atada a la correa del
reloj, ¡pero fue lo que la salvó!
Para
Cristo, la unión entre nosotros es tan importante, que fue lo que le pidió al
Padre en la Última Cena, antes de morir: “Que todos sean uno...”
Hoy
el reto del amor es “hacer conjunto”. Te invito a que hoy des gracias al Señor
por esa persona que, en un momento de tu vida, te tendió la mano y te ayudó a
seguir. Y pídele a Jesús que te indique quién de tu alrededor te necesita. Hoy
interésate por una persona, dedicándole un rato de tu tiempo. Si todos cuidamos
de todos, ¡no se pierde ninguno! ¡Feliz día!
VIVE
DE CRISTO
Enlace
para solicitar el calendario “VIVE DE CRISTO 2019”:
Fuente:
Dominicas de Lerma