Perder
los papeles
Hola,
buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Ayer
por la tarde estaba sola en el Noviciado; tenía la tarde de estudio y, al mirar
por la ventana y ver un sol espléndido, resolví bajar los libros, los apuntes y
estudiar en plena naturaleza. Bonito, ¿verdad?
Ya
tenía los papeles en la mesa de la huerta (jardín), el libro abierto... cuando,
de repente, se levantó un viento que fue capaz de enviar cada papel en una
dirección, ¡todos los apuntes y folios volaban!, las páginas del libro se
pasaban a gran velocidad, y yo corriendo de un lugar a otro hasta recuperar
todo, bajo la mirada atenta de Jubi, que parecía disfrutar con la escena.
Y
pensé en la expresión “perder los papeles”, pues estaba viviendo su relación
con la realidad. Cuántas veces “perdemos los papeles” a lo largo del día. Los
perdemos con el coche que nos tapa y no deja salir al nuestro, cuando de nuevo
el compañero de trabajo deja todo desordenado, cuando hemos quedado con alguien
y no aparece... y, después de haberlos perdido, arrasamos con el día, pues no
nos paramos a “recuperar los papeles”.
Es fácil perder los papeles, pues nuestra debilidad es tan frágil como esos folios; a veces sopla el viento, y el genio, la ira... se disparan. Pero, ¿qué es lo importante? Encontrar lo que hemos perdido, no dejar las cosas así, pues lo que se pierde... ¡se puede encontrar!
No
dejes que tu día vaya a la deriva si en un momento dado sientes que algo te
hace perder los papeles, el control sobre ti. Piensa que después viene la
tristeza por esa mala contestación dada a esa persona que tanto te importa. Que
tu día no quede determinado por ese momento.
Cristo
está a tu lado para ayudarte a recoger tus papeles, reconstruirte y devolverte
la Paz que necesitas diciéndote en qué dirección correr para recuperarlos.
Hoy
el reto del amor es que recuperes los papeles si los pierdes en un momento
dado. Pide perdón a la persona a la que hayas podido herir; y a seguir
caminando.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma