Romper con el conformismo
del "siempre ha sido así"
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El Papa preside la Misa de Apertura de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre los jóvenes |
En
la homilía del Pontífice, la oración para que los Padres sinodales no se dejen
"asfixiar y aplastar por los profetas de calamidades y desventuras" y
sean capaces "de encontrar espacios para inflamar el corazón y discernir
los caminos del Espíritu".
“Que el Espíritu nos dé la gracia de ser
Padres sinodales ungidos con el don de los sueños y de la esperanza para que
podamos, a su vez, ungir a nuestros jóvenes con el don de la profecía y la
visión”: fueron las palabras del Papa Francisco en la misa inaugural de la XV
Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que centrará sus trabajos
en “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”, tema de la Asamblea.
Obispos capaces de soñar y
contagiar esperanzas
En
una soleada plaza de San Pedro, Francisco se dirige a los presentes congregados
invocando, al comienzo de la homilía, al Espíritu Santo para que, en este
"momento de gracia" que es el Sínodo, "ayude a hacer memoria y
a reavivar las palabras del Señor" y suscite "el ardor y la
pasión por Jesús". “Memoria que puede despertar y renovar en nosotros la
capacidad de soñar y esperar. Porque sabemos – asegura el Papa - que nuestros
jóvenes serán capaces de profecía y visión en la medida en que nosotros, ya adultos
o ancianos, seamos capaces de soñar y así contagiar y compartir los sueños y
esperanzas que llevamos en nuestros corazones”.
No dejarse asfixiar por
los propios límites
El
Papa reza al Espíritu para que los Padres sinodales no se dejen "asfixiar
y aplastar por los profetas de calamidades y del infortunio" o por sus
propios "límites, errores y pecados", sino que sean capaces "de
encontrar espacios para inflamar el corazón y discernir los caminos del
Espíritu".
Afectuosa bienvenida a los
obispos de China Continental
Después
de haber dado una "cálida bienvenida" a los dos obispos de China
Continental que "por primera vez" pueden participar en un Sínodo, el
Papa espera que este "nuevo encuentro eclesial" pueda ser "capaz
de ensanchar horizontes, dilatar el corazón y transformar aquellas estructuras
que hoy nos paralizan, nos separan y nos alejan de nuestros jóvenes, dejándolos
a la intemperie y huérfanos de una comunidad de fe que los sostenga, de un
horizonte de sentido y de vida (cfr. Exhortación a los Apóstoles Evangelii
Gaudium, 49)".
Romper con el conformismo
del "siempre ha sido así"
"La
esperanza nos desafía -dice el Papa-, nos moviliza y rompe el conformismo del
‘siempre ha sido así’, y nos pide que nos levantemos para mirar de frente el rostro
de los jóvenes y las situaciones en las que se encuentran. La misma esperanza
nos pide que trabajemos para revertir las situaciones de precariedad, exclusión
y violencia a las que están expuestos nuestros muchachos.
No dejar solos a los
jóvenes
Los
jóvenes, fruto de muchas de las decisiones tomadas en el pasado, nos llaman a
asumir junto con ellos el presente con mayor compromiso y a luchar contra lo
que de alguna manera impide que sus vidas se desarrollen con dignidad. Nos
piden y reclaman una entrega creativa, una dinámica inteligente, entusiasta y
esperanzadora, y que ‘no los dejemos solos’ en manos de tantos mercaderes de la
muerte que oprimen sus vidas y oscurecen su visión.
Alertas ante la lógica de
la autopreservación
Francisco
pide a los Padres sinodales que se escuchen unos a otros “para discernir juntos
lo que el Señor está pidiendo a su Iglesia". Y esto – señala el Pontífice
- requiere estar alertas y velar para que no prevalezca la lógica de la
autopreservación y la autorreferencialidad, que termina convirtiendo en
importante lo superfluo y haciendo superfluo lo importante".
Escuchar a Dios, para no
caer en posturas eticistas o elitistas
Es
necesario "escuchar a Dios, escuchar con él el clamor del pueblo; escuchar
al pueblo, hasta respirar en él la voluntad a la que Dios nos llama" (cf.
Discurso en la vigilia de oración de preparación al Sínodo sobre la Familia, 4
de octubre de 2014). Hay que evitar la "tentación de caer en
posiciones eticistas o elitistas y también en la atracción por
ideologías abstractas que no se corresponden nunca con la realidad de nuestro
pueblo.
La luz que alumbra el
porvenir de los jóvenes
El
Papa cita el Mensaje a los jóvenes de Pablo VI al final del Concilio Vaticano
II, en los años '60: "Durante cuatro años la Iglesia ha trabajado para
rejuvenecer su rostro, para corresponder mejor al designio de su fundador, el
gran Viviente, Cristo, eternamente joven. Y al final de esta impresionante
"reforma de vida", se dirige a vosotros: es para vosotros, jóvenes,
sobre todo para vosotros, que la Iglesia con su Concilio acaba de encender
una luz, luz que alumbrará el porvenir, vuestro porvenir”. Y concluye:
“Padres sinodales, la
Iglesia los mira con confianza y amor”
María
Cecilia Mutual - Ciudad del Vaticano
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