Festiva
celebración de las familias católicas del mundo con el papa Francisco en el
estado Croke Park de Dublín
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Tiziana FABI / AFP |
El estadio
Croke Park de Dublín vibró anoche con la fiesta de las familias con el Papa, en
el marco del encuentro mundial de familias que se está celebrando esta semana.
Francisco
aprovechó la ocasión para animar a las familias a bautizar cuanto antes a sus
hijos para que puedan formar parte de la familia de Dios.
“Es necesario
invitar a todos a la fiesta, incluso al niño pequeño, por eso se les debe
bautizar lo antes posible; si el niño de pequeño es bautizado entra en
su corazón el Espíritu Santo“, destacó. El niño bautizado “es más fuerte
porque tiene la fuerza de Dios”.
La fiesta
empezó con un espectáculo de música y danza, y el saludo del cardenal irlandés
Kevin Farrell, prefecto del dicasterio para los Laicos, Familia y Vida, a los
miles de asistentes.
Farrell recordó
que la familia es el sueño de Dios para la humanidad, y pidió en oración que
todas las familias del mundo tengan experiencia del amor de Dios para poder
hacer frente a la división, al rechazo y puedan encontrar así el ejemplo de
la familia de Nazaret.
A continuación
tuvo lugar una presentación de varios emotivos testimonios de distintas
familias del mundo, sobre tecnologías, guerra, drogas, marginación,
esperanza, compasión, perdón, relaciones intergeneracionales y otros
temas que las afectan.
Para las
familias de los cristianos de Tierra Santa, sin embargo, este evento ha
significado más una prueba que una fiesta, ya que sólo cinco familias,
procedentes de Israel, pudieron llegar hasta Irlanda para participar, mientras
los palestinos y jordanos no obtuvieron el visado, según denunció a AsiaNews el
vicario patriarcal para Jerusalén, Giacinto-Boulos Marcuzzo.
En su discurso
a las familias, Francisco destacó la belleza de celebrar juntos, sintiendo la
presencia de Dios.
“Hoy en Dublín
nos hemos reunido para una celebración familiar de acción de gracias a
Dios por lo que somos: una sola familia en Cristo extendida por toda la tierra“,
dijo.
“La Iglesia
es la familia de los hijos de Dios, una familia en que nos alegramos con los
que están alegres y lloramos por los que sufren, una familia en que cuidamos de
cada uno“, añadió.
El Papa dijo
que las familias son la gran mayoría del pueblo de Dios y sin
ellas, la Iglesia sería “una Iglesia de estatuas”.
“Tras haber
encontrado el amor de Dios que salva intentemos con palabras o sin ellas
manifestarlo a través de pequeños gestos de bondad en la rutina cotidiana y en
los momentos más sencillos del día -invitó-,
esto se llama santidad”.
“El matrimonio
y la vida familiar se comprenden en toda su belleza y atractiva cuando están
anclados en el amor divino”, dijo.
La buena
convivencia familiar, también con suegras y nueras, requiere tiempo y
paciencia, como hacer un té, comparó Francisco.
“El perdón es
un don especial de Dios que cura nuestras heridas y nos acerca a los demás y a
Él”, afirmó. Y a través de gestos sencillos de perdón que obligan a
superar el orgullo, el desapego y la vergüenza, se construye una sólida vida
familiar.
Para cuando
queremos hacer las paces pero no sabemos cómo, Francisco dijo: es fácil: da
una caricia y se hace la paz.
Y recordó que
en las familias hay que aprender tres palabras: perdón, por favor y gracias.
“Cuando
discutas en casa asegúrate antes de ir a dormir de decir que lo sientes, hagan
las paces”, invitó. ¿Por qué? “Porque si no, al día siguiente viene la guerra
fría, que es muy peligrosa, estén atentos a la guerra fría en la
familia”.
“Muchas veces
puedes estar enojado y sentir la tentación de ir a dormir solo y aislado
-dijo-. Si te sientes así llama a la puerta y di: ¿por favor, puedo
pasar? Lo que se necesita es una mirada, un beso, una palabra afectuosa
y todo vuelve a ser como antes”.
“Cuando las
familias lo hacen, sobreviven: no hay una familia perfecta -reconoció-, sin
el hábito de perdonar la familia crece enferma y gradualmente se
desmorona”.
“Perdonar
quiere decir dar algo de uno mismo -explicó-. Jesús nos perdona siempre con la
fuerza de su perdón, también nosotros podemos perdonar a los demás si realmente
lo queremos, ¿no es lo que pedimos al rezar el Padrenuestro? Los niños aprenden
a perdonar cuando los padres se perdonan”.
“Mientras todo
pasa el amor no pasa nunca”, dijo citando a san Pablo.
“Las familias
pueden conectarse a través de internet y beneficiarse de ello;
las redes
sociales pueden ser beneficiosas si se usan con moderación y prudencia“, dijo.
“Es importante
sin embargo que estos medios no se conviertan jamás en una amenaza a la
red de relaciones de carne y de sangre, aprisionándonos en la realidad virtual“,
añadiendo.
El Papa dijo
que las personas quizás se pueden plantear reducir el tiempo que se usa
a los medios tecnológicos y aumentar el de estar entre ellos y con Dios.
“Cuando usas
las redes sociales demasiado tiempo, cuando en la mesa en vez de
hablar en familia cada uno está con su celular y se conecta afuera, está en
órbita, esto es peligroso, porque te quita de lo concreto de la familia
y te lleva hacia una vida gaseosa, abstracta, sin consistencia“, advirtió.
“En toda
sociedad las familias generan paz porque enseñan amor, aceptación y el perdón
que son el mejor antídoto contra el mal“, aseguró.
“La familia
que reza unida permanece unida e irradia la paz; una familia
así puede ser un apoyo especial para otras familias que no viven en paz”, dijo.
También animó a
los padres a enseñar a sus hijos a hacer el signo de la cruz. “Este
es el primer credo que aprenden: creo en el Padre, en el Hijo, en el Espíritu
Santo”.
Y agradeció a
una familia numerosa irlandesa sus palabras y testimonio de amor y fe que
ofrecieron en el encuentro: “Es hermoso tener diez hijos“, señaló.
“El vino nuevo
comienza a fermentar en el noviazgo, necesario pero transitorio y madura en el
matrimonio”, dijo en sentido metafórico, capaz de acoger a los débiles,
frecuentemente marginados en la cultura del descarte: a los niños
porque molestan, a los ancianos porque no sirven,…
“Nuestras
familias son tesoros vivos de memoria, con los hijos que a su vez
se convierten en padres y luego abuelos; de ellos recibimos la identidad, los
valores y la fe”, exclamó. “Una sociedad que no valora a los abuelos es una
sociedad sin futuro”.
“Una Iglesia
que no tiene en el corazón la alianza entre generaciones terminará careciendo
de lo que realmente importa: el amor”, añadió.
“Nuestros
abuelos nos enseñan el significado del amor conyugal y parental”, afirmó, “es
un gran error pensar que hablar con ellos es una pérdida de tiempo”.
Finalmente, les
dijo a las familias que “son la esperanza de la Iglesia y del
mundo”. Dios ha creado a la humanidad para que fuera una familia de familias,
añadió: “con su testimonio del Evangelio pueden ayudar a Dios a realizar su
sueño”.
Las familias
acabaron la fiesta rezando con el Papa la oración oficial del encuentro de las
familias de Dublín.
Crónica basada en la retransmisión en español de
Radio Vaticano
Fuente: Aleteia