Otra
oportunidad
Hola,
buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
¿Sabías
que hay retos que no llegan a ver la luz? Pues sí, cada mañana, Lety revisa el
reto que queremos enviar ese día. Tal vez haya que modificar algún detalle...
¡o quizá algún reto no valga!
Justo
eso fue lo que me ocurrió la semana pasada. Hice un reto sobre la charla que
había escuchado, se lo presenté a Lety y, muy suavemente, me comentó que no le
había gustado...
“No
transmite vida”, me comentó.
Sin
embargo, ¡a mí aquella charla me había ayudado un montón! Justo entonces vino a
mi memoria mi profesora de Lengua y Literatura. Ella nos decía que “no hay
comentarios de texto ‘buenos’ o ‘malos’, sino bien o mal argumentados”.
Según
ella, cualquier comentario podía ser correcto, ¡si lo argumentabas de forma
adecuada! Nunca estuve del todo de acuerdo con ella, ¡pero admito que ese
recuerdo me ayudó!
“No
tengo duda de que a mí el Señor me tocó con esa charla. Si no transmite vida...
¡es porque está mal contado!”
Así
que volví a tomar el reto, estuve orando, retoqué párrafos, cambié frases... ¡y
ese fue el reto que enviamos el viernes pasado!
Ahora
me doy cuenta de que, si me lancé a rehacerlo fue porque creía que el Señor
estaba detrás, ¡creía en ese reto! Al fin y al cabo, muchas veces lleva menos
trabajo empezar otro de cero que ponerse a rehacer.
Pero,
¿acaso no le pasa esto mismo al Señor con nosotros?
A
lo largo de la Historia de la Humanidad el Señor ha vivido mil y un desplantes
por nuestra parte. Él mostraba su amor... y el hombre le daba la espalda. Pero,
¿qué hace el Señor entonces? ¡Volver a intentarlo! ¡Insistir! Tal vez sería más
sencillo abandonarnos. Pero no. Él vuelve. Loco de amor, vuelve. Simplemente,
porque cree en nosotros, cree en la obra que puede hacer en tu vida y en la
mía.
“Bajé
al taller del alfarero... El cacharro que estaba haciendo se estropeó como
barro en manos del alfarero, y este volvió a empezar, trasformándolo en otro
cacharro diferente, como mejor le pareció al alfarero. Entonces el Señor me
dirigió la palabra: ‘¿No puedo yo trataros como este alfarero? Pues lo mismo
que está el barro en manos del alfarero, así estáis vosotros en mi mano’.” (Jr
18, 4-6)
Hoy
el reto del amor, querida vasija, es que pongas misericordia donde veas
errores. Empieza por ti: si hoy contestas mal o te sale el mal humor,
levántate, pide perdón, ¡y sonríe! Cristo sigue trabajando en ti... ¡y en el
hermano que falla a tu lado! Si el Señor no se cansa de darnos oportunidades,
¡demos oportunidades nosotros también a los demás! ¡Feliz día!
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma