El recién elegido pontífice viajó a Irlanda y
pronunció hondas palabras de paz que cambiaron vidas
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DPA | AFP |
A lo largo del siglo XX, Irlanda
experimentó una gran agitación, ya que la isla se dividió en Irlanda “del
Norte” (parte de Reino Unido y predominantemente protestante) e Irlanda “del
Sur” (la República de Irlanda, independiente del Reino Unido y predominantemente
católica). Muchos deseaban un país unificado y trataron de lograr su objetivo
mediante la violencia militar. Las tensiones continuaron creciendo hasta que el
conflicto, conocido como “the Troubles”, comenzó en la década de 1970.
Los bombardeos, los asesinatos y
la violencia continuada sacudieron la nación.
Por aquel tiempo, el 22 de
octubre de 1978 concretamente, Juan Pablo II fue elegido Papa y eligió para su
tercera visita apostólica la ciudad de Dublín. Allí fue del 29 de septiembre al
1 de octubre de 1979, la primera vez que un Papa visitaba Irlanda en toda su
historia.
Resultó ser un momento
trascendental para Irlanda y de una oportunidad perfecta. Alrededor de un
tercio de toda la población acudió a ver a Juan Pablo II, quien sembró unas
palabras de paz que finalmente dieron abundante fruto. Juan
Pablo II habló con fuerza al pueblo irlandés, exhortándolo a poner
fin a la violencia.
Quisiera dirigirme ahora a los hombres y
mujeres comprometidos en la violencia. Os hablo con un lenguaje de plegaria
apasionada. Os suplico de rodillas que abandonéis los senderos de la violencia
y volváis a los caminos de la paz. Podéis decir que buscáis la justicia.
También yo creo en la justicia y busco la justicia. Pero la violencia retrasa
el día de la justicia. La violencia destruye la obra de la justicia. Además la
violencia en Irlanda no conseguirá más que arrastrar a la ruina el país que
vosotros afirmáis amar y cuyos valores afirmáis apreciar. En nombre de Dios os
suplico: volved a Cristo que murió para que los hombres pudiesen vivir en
perdón y en paz. Él os está esperando, anhelando que cada uno de vosotros venga
a él para poder deciros: tus pecados están perdonados, vete en paz.
Según Carl Anderson, productor
ejecutivo de un nuevo documental, John
Paul II in Ireland: A Plea for Peace [Juan Pablo II en Irlanda: una
plegaria por la paz], “cuando Juan Pablo II llegó a Irlanda, se enfrentó a un
árbol gigante de odio y terrorismo que había estado creciendo durante mucho
tiempo. En Drogheda, tomó un hacha y lo cortó de raíz. Llevaría algún tiempo
que este árbol venenoso comenzara a marchitarse, pero con el tiempo lo haría”.
Anderson trabajó con el cineasta
David Naglieri, ganador del premio Emmy, para relatar el proceso de paz en
Irlanda, destacando el papel vital que Juan Pablo II desempeñó en él. El
documental está narrado por Jim Caviezel (La
Pasión de Cristo, El conde de
Montecristo), con música original del compositor Joe Kraemer (Misión imposible: Nación secreta, Jack Reacher).
Uno de los momentos más
conmovedores de la visita de Juan Pablo II se produjo por sus sencillas
palabras a la juventud irlandesa: “Jóvenes de Irlanda, os amo”. Recibió una ovación
en pie y apenas pudo terminar su charla.
Aunque el conflicto no terminó
hasta pasadas unas décadas, poco después de la visita de Juan Pablo II las
conversaciones comenzaron a trabajar por la paz. Sus palabras conmovieron al
pueblo irlandés y las semillas de paz que sembró dieron fruto.
El papa Francisco se convertirá
en el segundo Papa en visitar Irlanda cuando acuda al Encuentro Mundial de las
Familias en Dublín. El tema de su visita se centrará en la familia, elevándola
como un gran tesoro que proteger en la sociedad.
Philip
Kosloski
Fuente:
Aleteia