Encontró
en la figura de Jesús un ejemplo a seguir y difundió su palabra en la India.
Tradujo la Biblia al marathi, una de las lenguas más habladas en su país y
fundó una misión cristiana para ayudar a miles de mujeres y niños necesitados
En
1924, salía a la luz una edición completa de la Biblia traducida al marathi,
lengua utilizada por millones de personas en la India. Su autora, Ramabai
Sarasvati, había estado trabajando en la traducción de los textos sagrados
desde 1904 hasta su propia muerte, en 1922. Con esta traducción, Ramabai
pretendía acercar al máximo número de personas posibles la palabra de Dios que
ella misma había descubierto hacía muchos años y que le habían hecho
convertirse al cristianismo.
Ramabai Sarasvati había nacido en 1858 en
el seno de una de las castas más elevadas de la India. En su infancia, Ramabai
aprendió sánscrito de la mano de su propio padre, algo muy poco habitual en un
país en el que las mujeres no tenían derecho a la educación y eran obligadas a
casarse siendo unas niñas. Su padre también le enseñó a creer en los dioses de
la religión que profesaba, la brahmana, unos dioses a los que rezaban
habitualmente y a los que pidieron ayuda y consuelo cuando la desgracia recayó
sobre la familia de Ramabai.
Hacia 1871, una terrible hambruna asoló la
región en la que vivían y en poco tiempo ella y su hermano perdieron a sus
padres mientras los dioses a los que habían implorado permanecían en silencio.
Ramabai sintió entonces que estos la habían abandonado. Después de vagar por
miles de quilómetros, Ramabai y su hermano llegaron a Calcuta donde los sabios
de la ciudad quedaron impresionados por los conocimientos lingüísticos y
religiosos de aquella joven a la que acordaron otorgar el título de Pandita,
nombre que significa “Doctora”.
En
su etapa en Calcuta, Ramabai se casó con un amigo de su hermano, quien había
fallecido en 1880. En su nuevo hogar, Ramabai entró en contacto con misioneros
cristianos que le ofrecieron una Biblia en sánscrito. La actitud amable de
aquellos hombres y las palabras que leyó en el Evangelio provocaron que
empezara a hacerse preguntas. En menos de dos años, Ramabai quedó viuda con un
bebé en sus brazos.
Ramabai continuó acercándose a las palabras
de Cristo en las que descubrió sorprendida que no existían las castas ni la
diferencia entre hombres y mujeres que ella misma había sufrido. Ramabai se
convenció de que las ideas de Jesús podrían transformar la situación de las
mujeres en su país. En un viaje a Inglaterra se convirtió al cristianismo y
años después fundó una misión cristiana en la India siguiendo los modelos
aprendidos por los misioneros. Su proyecto se asentó sobre una visión que tuvo,
inspirada según ella por el Espíritu Santo, según la cual miles de mujeres
cristianas hindúes llevarían la palabra de Dios por toda la India. Ramabai se
implicó en varias organizaciones misioneras cristianas y fundó su propia misión
que aún sigue viva en la actualidad.
Al final de su vida, decidió realizar un
importante proyecto de evangelización, traducir la Biblia a uno de los idiomas
más hablados en la India, el marathi. Labor que le llevó casi dos décadas de
arduo trabajo y que terminó pocos días antes de morir.
Sandra
Ferrer
Fuente:
Aleteia