Todo llega si sabes
esperar
Hola,
buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
“La paciencia todo lo alcanza”, nos decía
nuestra santa castellana, Teresa de Jesús. Pero, qué difícil es ser pacientes y
esperar en Dios. Sabemos que debemos confiar en que Él nos da todo a su tiempo,
sin embargo, nosotros solos, por la impaciencia, somos los que desistimos y lo
dejamos a medias. Pero, cuando Cristo te pone un deseo en el corazón, lo va a
cumplir.
Hace
dos años y tres meses publicamos el libro “Si no puedes perdonar, esto es para
ti”. Desde que se publicó, en Londres nos pidieron la presentación, luego nos
pidieron ejemplares para en misiones en África, más tarde también se pusieron
en contacto con nosotras las hermanas de la Madre Teresa de Calcuta... pero no
teníamos la traducción en inglés.
Desde
el primer momento tuve el deseo en el corazón de traducir el libro. Sentía que
había personas que lo necesitaban, y lo intentamos con nuestras fuerzas, pero
los varios intentos que realizamos fueron inútiles; las traducciones siempre se
encontraban con obstáculos.
El
otro día vino el Padre Goyo con Elvira y Consuelo. Querían visitarnos y
compartir con nosotras la liturgia. Hablando con ellos, salió el tema del libro
y su traducción. Y, entonces, ¡el Padre nos propone traducirlo él!
Resulta
que es un sacerdote que nació en España, pero que hizo su seminario en Estados
Unidos, se ordenó allí, vive allí... Aquí viene un mes al año. Es retero, y el
año pasado, cuando nos conoció, se llevó el libro y lo leyó. Ahora, en este
segundo viaje, el Padre Goyo se ofrece a traducírnoslo y a llevarlo a Estados
Unidos. Nos animaba a embarcarnos en esta aventura porque, según él, va a hacer
mucho bien, ya que el perdón es piedra angular en la fe.
Mientras
el Padre hablaba, yo no me lo podía creer. El asombro, la sorpresa, la alegría,
la presencia del Señor me sobrecogió, empezaba a ver este sueño haciéndose
realidad, volvía a empezar este camino.
Cuando
llegué a la oración, solo hacía que dar gracias al Señor por traerme a este
sacerdote. Ha pasado tiempo, sí, pero, a su tiempo, ¡ha hecho el milagro! Jesús
siempre nos invita a tener paciencia, Él sabe esperarnos en cada momento, como
supo ser paciente con sus discípulos.
Pero,
¡qué difícil es la paciencia cuando estamos metidos en un mundo de inmediatez!
Todo lo tenemos al segundo o, como mucho, “en 24 horas”. A mí es de las
virtudes que más me cuestan, porque soy hija de esta época.
En
la paciencia he descubierto que aprendo a sufrir y tolerar las contrariedades y
adversidades, y el Señor me regala su fortaleza y la alegría para no estar todo
el día lamentándome. Me hace saber esperar con calma a que las cosas sucedan,
ya que las cosas no dependen de mí, tengo que dar tiempo al Señor y confiar en
Él porque, si no desconfío de su amor, Él me lo dará en el momento mejor para
mí. En la paciencia, el amor se fortalece y se aquilata. Porque sabes que te
aman, y que, en Sus manos, todo llega.
Hoy
el reto del amor es saber esperar, renovar tu confianza en Jesús. Mira ese
problema que te desespera, en el que estás a punto de tirar la toalla y
rendirte. No, hoy pídele a Jesús que sea fuerte en ti, que te dé su paciencia,
que fortalezca en tu interior la certeza de que te ama y está contigo. Y espera
en el Señor, sé paciente, espera en el Señor.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma