Solo
hay una cosa importante
Hola,
buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Estaba
poniendo la lavadora pero intuí que una prenda se estropearía en ella y opté
por lavarla a mano. La metí en la pila, di al grifo y, mientras se llenaba, iba
tendiendo lo que ya estaba limpio; después saludé a una monja, luego a otra...
-Joane...
se está saliendo el agua.
Era
Israel, que delicadamente me avisaba de que la pila que había dejado llenándose
se estaba desbordando, el agua caía a chorros, ¡caía como cascadas por todos
los lados!
Cerré
el grifo y dediqué un buen rato a absorber con la fregona todas las secuelas de
la “inundación”.
¿Alguna
vez te has sentido así? Abres el grifo, una cosa, otra... y, de repente, ¡te
ves desbordado! El no saber decir que “no” cuando no tienes fuerzas, el
exigirte demasiado, hacer demasiadas cosas a la vez... hace que el agua te
desborde, que todo te supere.
Tu
valor no está en la actividad, no está en todo aquello que llegues a hacer. Tu
valor está en hacer cada cosa por Amor, de tal manera que puedas ver a las
personas que hay detrás, que puedas disfrutar con lo que haces. Y, para ello,
el primero que tiene que verse eres tú. ¿Cómo estás? ¿Te sientes desbordado?
Para.
¿Dónde has empezado a atascarte?
Quita
el tapón, coge la fregona y deja que el agua pueda seguir fluyendo sin que te
desborde.
Marta,
ante la visita de Jesús a su casa, se desvive haciendo una cosa, otra... y Él
le dice:
-Marta,
Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o
mejor, de una sola.
“Una
sola...” Lo que hagamos, nuestras obras, no son malas, pero si están unidas a
la Fuente, llenan de gozo tu corazón. Si dejas que Cristo entre en tu trabajo,
en aquello que estés haciendo, nada te atascará, pues tu motor será Él, no tus
metas.
Hoy
el reto del Amor es que no dejes que la actividad te desborde. Pon una alarma
en tu reloj a las 12 y otra a media tarde; cuando suene, deja tu trabajo como
esté por un minuto o dos y reza algo. Descubrirás que el tapón se quita y ya no
te atasca.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma