sabes si estoy conectado o ausente,
de lejos captas qué estoy pensando.
Si chateo, caminando o acostado,
tú accedes a todos mis mensajes.
Aún no he iniciado una palabra
y ya, Señor, conoces la frase entera.
Me rastreas por detrás y por delante,
y deslizas tu dedo sobre mí.
Tu saber desde la nube me supera,
son resoluciones muy altas para mí.
¿A dónde huiré lejos de tu alcance?
¿a dónde escaparé de tus redes?
Si escalo a un lugar sin señal
o voy a los confines sin wifi,
también allí estás conectado.
Si me pongo alas, en modo avión,
o voy sin batería al otro lado del mar,
también allá me encontrarás sin GPS
y me localizarás sin satélites.
Si digo entonces:
Borraré mi historial de navegación,
cancelaré los registros de acceso.
Mas para ti no hay datos ocultos
y las claves están todas abiertas.
Pues mis archivos desde el principio
están registrados en tu base de datos.
Te doy gracias por tantas maravillas admirables;
son tus obras
y mi alma bien lo sabe.
Tú me tenías registrado en tu lista
antes de que abriera ninguna cuenta.
Todos mis contactos te son familiares.
Incluiste mi perfil en tu lista de amigos
y me has hecho miembro de tu grupo.
Mis páginas favoritas están ante ti,
y registras en tu portal mis accesos.
Tienes guardadas todas mis visitas.
Los datos de tu sistema son infinitos,
superan los formatos de mi memoria.
¿Cómo podría yo almacenarlos?
Aunque me pase la vida actualizando
jamás alcanzaré a tener tu última versión.
Salmo 138,
“En sus redes”
Salmo
adaptado por Ángel Aguas (Ciudad Real)