Nuestra
colega Debora Donnini explica los orígenes del Consistorio y de la figura de
los cardenales, retrocediendo en el tiempo de la historia de la Iglesia para
comprender mejor su gran valor en la actualidad
Hoy jueves 28 de junio el Papa Francisco creará 14 nuevos cardenales en el Consistorio
ordinario público. No obstante, la historia del cardenalato tiene origenes
lejanos.
El
término "cardenal" deriva del latín cardo que se traduce como
bisagra, lo cual sugiere el papel de fulcro (punto de apoyo) que desempeñan:
ellos son las “bisagras” alrededor de las cuales gira toda la Institución de la
Iglesia, en torno a su máximo dirigente: el Papa, el Sucesor de Pedro.
Por
tanto, el papel fundamental de los cardenales, está estrechamente ligado, no
sólo a la elección del Pontífice, sino a la colaboración con él en su función
como Pastor de la Iglesia universal, tal y como explica al respecto el Código
de Derecho Canónico.
Cómo nacen los cardenales
En
la Iglesia primitiva, el Papa tenía como colaboradores algunos sacerdotes a
cargo del cuidado de las iglesias más antiguas de Roma, diáconos que
administraban el palacio de Letrán junto con los siete departamentos de Roma y
los obispos suburbicarios, es decir, que conformaban la provincia eclesiástica
de Roma.
De
aquí proceden los orígenes de los cardenales y de sus tres órdenes: cardenales
obispos, cardenales sacerdotes, cardenales diáconos.
Pero
no fue hasta la llegada del Papa Nicolás II, en 1059, que se determinó que la elección
del Sucesor de Pedro sea reservada sólo a los cardenales obispos romanos y
no al clero de la Diócesis de Roma.
En
1179, el Papa Alejandro III extendió este derecho a todos los cardenales:
precisamente en el siglo XII, comienzan a ser creados cardenales incluso
prelados que residían fuera de Roma.
Quién puede ser nombrado cardenal
En
el pasado, también los laicos podían recibir el título honorífico de cardenal y
poco después realizaban la ordenación diaconal; pero en 1918, Benedicto XV
decidió que todos los cardenales debían ser ordenados sacerdotes. Juan XXIII
determinó que deberían también ser ordenados obispos.
Hoy
los cardenales pueden ser libremente elegidos por el Papa entre los clérigos
que han recibido al menos el presbiterado. Los últimos tres Papas, de hecho,
han elevado a la dignidad cardenalicia a sacerdotes mayores de 80 años, pero
que debido a la edad, no tienen derecho a votar en el Cónclave.
El consistorio
Los
nuevos cardenales se crean en el Consistorio. Retrocediendo en el tiempo se
puede ver cómo este término proviene de la antigua Roma: el "sacro
consistorio" era el consejo privado del emperador compuesto por sus
colaboradores más cercanos.
Los
Consistorios son, por tanto, reuniones del Colegio cardenalicio y se dividen en
ordinarios y extraordinarios: el primero con los cardenales que residen en
Roma, en cambio, en el segundo, deben participar todos.
El
de la creación de los cardenales es un Consistorio ordinario público. En este
aspecto, cabe destacar que no todos los nombres de los cardenales se conocen
antes de ser creados, ya que hay casos particulares en los que el nombre del
cardenal no se revela, por determinadas razones de peligro que pueden poner en
riesgo su seguridad, por lo que se intenta protegerlo.
El Cónclave
En
el Cónclave, sin embargo, los cardenales eligen al Papa. Y mientras que en los
primeros siglos el número de purpurados electores oscilaba entre los 20 y 40,
llegó a establecerse en 70 con Sixto V en 1586 y, finalmente, Pablo VI lo elevó
a 120.
Hasta
la fecha, es decir hasta antes del Consistorio del 28 de junio de 2018, los
cardenales son 212, de los cuales 114 son electores y 98 no electores. Mañana
serán creados 14 nuevos cardenales, incluidos 3 no electores.
Fue
el mismo Pablo VI con la Carta Apostólica Ingravescentem Aetatem qien estableció
el límite de los 80 años para los cardenales que pueden eligir al Papa.
En
la actualidad los cardenales provienen de los cinco continentes, precisamente
de 83 países.
Entre
ellos, está el Decano del Colegio cardenalicio, que preside el Colegio de Cardenales
y el Cónclave.
Luego
está el camarlengo que administra los bienes de la Santa Sede, rige durante el
período de la “sede vacante” y convoca el Cónclave. Por otra parte, el primero
de los cardenales diáconos se llama Protodiacono y debe anunciar al pueblo
cristiano la elección del nuevo Papa con el conocido “Habemus Papam”.
Los signos
Los
signos que distinguen el nombramiento cardenalicio son la asignación de una
Iglesia de Roma (título o diaconía); el anillo, en uso desde el siglo XII, y la
birreta roja púrpura. Un color que caracteriza la ropa de los cardenales y hace
referencia a su disponibilidad al martirio.
Papa Francisco y los
cardenales
En
los Consistorios llevados a cabo a lo largo de su Pontificado, el Papa
Francisco ha recordado a los nuevos cardenales su vocación de servicio.
"Él
no los ha llamado a ser 'príncipes' de la Iglesia, para sentarse a su derecha o
a su izquierda, sino que los llama a servir como Él y con Él. Para servir al
Padre y a los hermanos ", dijo, en particular, en el Consistorio Público
Ordinario del 28 de junio de 2017.
Con
frecuencia, también los invita a entregar sus vidas por la gente como
"signos de reconciliación".
"Querido
hermano neo cardenal - dijo Francisco en 2016 - el viaje al cielo comienza en
la sencillez, en la cotidianidad de una vida partida y compartida, de una vida
gastada y dada. En el don diario y silencioso de lo que somos. Nuestra máxima
es esta calidad de amor; nuestra meta y aspiración es buscar en la sencillez de
la vida, junto con el Pueblo de Dios, transformarnos en personas capaces de
practicar el perdón y la reconciliación ".
Y
también en 2015, el Santo Padre recordó a los neo cardenales su llamada a ser
hombres de esperanza y caridad, haciendo hincapié en que “la Iglesia los
necesita, necesita de su cooperación, y más aún, de la comunión, conmigo y
entre ustedes.
La
Iglesia necesita su coraje, para anunciar el Evangelio en cada ocasión,
oportuna y no oportuna, y para dar testimonio de la verdad".
Debora
Donnini
Vatican
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