Los dones desde el corazón
Hola,
buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Estos
días, en clase con las novicias estamos dando los dones del Espíritu Santo en
la espiritualidad de Pedro Reyero, O.P.
Este
libro ha sido para mi vida espiritual un gran regalo. Al acercarse las fechas
de Pentecostés, siempre buscaba algún libro para leer sobre el Espíritu Santo y
sus dones. Todo lo que encontraba era muy bueno para alimentar la inteligencia,
pero ningún libro me llegaba al corazón.
Por
eso, cuando llegó a mis manos el libro de este dominico, algo en mi interior
dijo: “¡Esto es lo que andaba buscando!”
Pedro
Reyero tiene el don de acercarte al corazón del misterio y hablarte de ello de
una manera vivencial. Te comparto un párrafo en que me impresionó mucho cómo
describe el don de temor:
“Vemos
cómo el don de temor significa caminar por la vida guardando el espíritu de
niño para saber acoger, a través del proceso de nuestra pobreza, el don de
Dios”.
¡Y
cuántas veces a lo largo de nuestra vida hemos conocido gente con este don! A
mí me venían a la cabeza un montón de nombres, personas que se dejan guiar por
este don, personas a las que ves rezar con una sencillez tal, que siempre les
sale la acción de gracias. Se sienten niños con Dios. Y, como tienen ese
espíritu de niño, lo que les sale es alabar.
Pero
el que más me ha impactado este año ha sido el don de fortaleza. Dice así:
“La
maravilla del don de fortaleza es que la respuesta de Dios para nosotros se llama
Jesús. Y no está fuera, no está en el cielo: está en ti. Si te dejas vivir por
la fortaleza de Jesucristo, entonces los sufrimientos no pesan sobre ti y las
alegrías se multiplican, porque son alegrías resucitadas”.
¿A
que sorprende esta manera nueva de ver los dones? Siempre que leo este libro,
me deja con la boca abierta y el corazón feliz, porque me confirma lo que dice
Jesús: que el Reino de los Cielos es de los niños, que Él es fuerte en
nosotros... Ahora ya no depende de nosotros el hacer; de nosotros depende el
dejarnos hacer, ser como niños, y dejar a Jesús que sea fuerte en nosotros.
Hoy
el reto del amor es vivir desde la sencillez de un niño, dejarte amar y cuidar
por Jesús. Pídele ojos nuevos para verLe actuar en tu día. Que Él lleve tu día,
tú vívelo todo de Su mano.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma