El Santo Padre recordó que la liturgia dominical continúa avanzando en su intención de “ayudarnos a redescubrir nuestra identidad como discípulos del Señor resucitado”
“¿Quién
es Cristo sanador? ¿En qué consiste ser sanado por él? ¿De qué nos cura?... la
respuesta a estas preguntas nos la da el propio Evangelio", dijo Francisco
a la hora del Regina Coeli en el IV Domingo de Pascua, fiesta del Buen Pastor
Tras
ordenar a 16 nuevos sacerdotes en una misa en la Basílica de San Pedro, en el IV
Domingo de Pascua, fiesta del Buen Pastor y Jornada Mundial de oración por
las vocaciones; el Papa Francisco rezó la oración mariana del Regina Coeli, desde
la ventana del Palacio Apostólico.
El
Santo Padre recordó que la liturgia dominical continúa avanzando en su
intención de “ayudarnos a redescubrir nuestra identidad como discípulos del
Señor resucitado”.
“En
los Hechos de los Apóstoles, Pedro declara abiertamente que la curación de los
lisiados, realizada por él y de la que habla todo Jerusalén, tuvo lugar en el
nombre de Jesús, porque no hay salvación en ningún otro" (4,12), explicó
Francisco, señalando que en este hombre sanado está cada uno de nosotros,
y cada una de nuestras comunidades; por que “cada uno puede recuperarse de las
muchas formas de debilidad espiritual: ambición, pereza, orgullo... si acepta
depositar con confianza su existencia en las manos del Señor resucitado”.
Dejarnos sanar por Jesús,
el Buen Pastor
“¿Pero quién es Cristo sanador? ¿En qué consiste ser sanado por él? ¿De qué nos cura? ¿Y mediante qué maneras?”, se preguntó el Obispo de Roma ante miles de fieles y peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro.
“Encontramos
la respuesta a todas estas preguntas en el Evangelio de hoy, donde Jesús
dice: Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas
"(Jn 10,11)”, añadió el Papa, haciendo hincapié en que esta
autopresentación de Jesús no puede reducirse a una simple sugerencia emocional
sin ningún efecto concreto; ya que “Jesús sana siendo un pastor que da vida.
Dando su vida por nosotros”.
Asimismo,
el Pontífice puso en relevancia el enorme valor que tiene cada una de
nuestras vidas ante los ojos de Dios:
“Jesús
le dice a cada uno: tu vida es tan valiosa para mí, que para salvarla yo doy
todo de mí mismo. Es precisamente esta ofrenda de vida lo que lo hace el buen
Pastor por excelencia, el que sana, el que nos permite vivir una vida bella y
fructífera”, añadió Francisco.
Jesús conoce a cada uno de
nosotros
El Papa también resaltó cómo el propio Evangelio nos dice en qué condiciones Jesús puede sanarnos y puede hacer que nuestras vidas sean felices y den frutos abundantes: "Yo soy el buen pastor, conozco a mis ovejas y mis ovejas me conocen, como el Padre me conoce y yo Conozco al Padre"(versículos 14-15).
“Jesús
no habla de un conocimiento intelectual, sino de una relación personal, de
predilección, de ternura mutua, un reflejo de la misma relación íntima de amor
entre Él y el Padre. Esta es la actitud a través de la cual se realiza una
relación viva y personal con Jesús: dejándonos conocer por Él".
"Él
está atento a cada uno de nosotros, conoce nuestro corazón profundamente:
conoce nuestras fortalezas y nuestras debilidades, los proyectos que hemos
logrado y las esperanzas que fueron decepcionadas. Pero nos acepta tal como
somos, nos conduce con amor, porque de su mano podemos atravesar incluso
caminos inescrutables sin perder el rumbo”.
Estamos llamados a conocer
a Jesús
A
su vez, Francisco señaló que también nosotros estamos llamados a conocer a
Jesús: "Esto implica buscar un encuentro con Él, que despierte el deseo de
seguirlo abandonando las actitudes autorreferenciales para emprender
nuevos senderos, indicados por Cristo mismo y abiertos a vastos
horizontes".
En
cambio, "cuando en nuestras comunidades se enfría el deseo de vivir la
relación con Jesús, de escuchar su voz y seguirlo fielmente, es inevitable que
prevalezcan otras formas de pensar y vivir que no son coherentes con el
Evangelio”, concluyó el Papa invitando a todos a buscar la intercesión de la
Virgen María, para que ella nos ayude a conocer verdaderamente a Jesús.
Sofía
Lobos - Ciudad del Vaticano
Fuente:
Vatican News