No es la Cofradía más numerosa de Toledo -cuya Semana Santa está reconocida de Interés Turístico Internacional y aglutina 5.000 cofrades- pero tiene el poso de la historia
La cofradía más antigua de
España está en Toledo. Surgió de la mano del rey Alfonso VI y el Cid Campeador
durante la toma de la ciudad, en 1085, con la idea de dar cristiana sepultura a
los muertos. Tuvo como cofrade a El Greco, y hoy son 254 cofrades, que
procesionan cada Martes Santo con su Cristo románico.
En la parroquia mozárabe de
las Santas Justa y Rufina, los cofrades de la Santa Caridad tienen todo
dispuesto para sacar en procesión, a las 22:45 horas del martes, al Cristo de
la Misericordia y Soledad de los Pobres, una figura de finales del siglo XIII o
comienzos del XIV.
Este año han cambiado los
faroles de las andas para ganar luz, según muestra a Efe el mayordomo de finados
(hermano mayor) de la Cofradía, Fernando Lorenzana, que repasa la historia de
esta hermandad creada en 1085 para dar cristiana sepultura a los muertos que
había en las calles de Toledo tras el asedio a la ciudad.
El rey Alfonso VI y su
gobernador general, que era Rodrigo Díaz de Vivar (Cid Campeador), se reunieron
con los capitanes Antonio Téllez y Suero Gómez para estudiar cómo dar
«eclesiástica sepultura» a los difuntos, y en alianza con el arzobispo de
Toledo formaron una cofradía que tomó el nombre de la Santa Caridad.
No solo enterraban a los
fallecidos en batalla sino a los ahogados (muchos) en el Tajo y también a los
ajusticiados, y lo hacían en un pequeño cementerio -situado en el actual Paseo
del Carmen, no lejos del Museo de Santa Cruz- que se llamó ‘Pradito de la
Caridad’ y donde se conserva una placa que lo recuerda.
Todavía hoy, los cofrades
de la Santa Caridad salen en procesión cada Martes Santo desde la iglesia de
las Santas Justa y Rufina hasta el ‘Pradito de la Caridad’ donde rezan por los
allí sepultados.
Y, de hecho, el Cristo que
sacan en procesión cada Martes Santos procede de la capilla que había en aquel
antiguo camposanto, al que los cofrades llegan en silencio, únicamente
acompañados por un tambor.
En un incendio ocurrido en
1525 «perdimos todo lo que teníamos», señala Lorenzana, desde hábitos hasta
documentos, con lo que la Cofradía solo conserva libros y objetos a partir de
ese momento.
No obstante, en su
impresionante archivo hay libros de pocos años después del incendio que, a su
vez, hacen referencia a documentos anteriores. Y, de hecho los nuevos cofrades
colocan su mano izquierda sobre el libro más antiguo que conservan (mediados
del siglo XVI) cuando entran en la hermandad.
Se trata de un ejemplar
magníficamente conservado, como el resto de libros antiguos que tiene la
Cofradía. La mano derecha la depositan sobre la Biblia.
El archivo de esta Cofradía
está depositado en dos lugares: la Diputación Provincial -a raíz de las
desamortizaciones- y la sede cofrade, en la planta superior de la parroquia de
las Santas Justa y Rufina.
Uno de los proyectos que tiene
la Cofradía es firmar un convenio para digitalizar todos los fondos (los de
Diputación y los que siguen en la parroquia) de modo que se pueda acceder a
ellos y estudiar, afirma el mayordomo de finados.
En uno de estos libros
figura inscrito Domenicos Theotocopoulos, El Greco, que fue cofrade de la Santa
Caridad. Y, en general, reflejan toda la actividad cofrade y los privilegios
que tenían, en particular acompañar en los enterramientos de los reyes (cuando
Toledo era capital) y de arzobispos y cardenales (que continúa), pero también
de ahogados, ajusticiados y particulares que lo pedían.
Hace apenas cuatro años
apareció por casualidad, en un pequeño cuarto de la parroquia, bajo un montón
de velas, otra imagen muy querida de la Cofradía y que creían perdida, el
pequeño Cristo de las Indulgencias, del que tenían conocimiento por libros
antiguos y que una vez recuperado conservan con mimo en el archivo.
Otro de los proyectos en
los que trabaja esta Cofradía milenaria es «la pastoral penitenciaria», para prestar
apoyo en centros penitenciarios, una labor que están tramitando con el delegado
diocesano.
La Cofradía tiene
actualmente 254 integrantes, muchos de los cuales son hijos de anteriores
cofrades aunque está abierta a toda la ciudad, y hay nueve menores que están
esperando cumplir 18 años para entrar.
No es la Cofradía más
numerosa de Toledo -cuya Semana Santa está reconocida de Interés Turístico
Internacional y aglutina 5.000 cofrades- pero tiene el poso de la historia.
Además, este año la imagen
de la Semana Santa toledana es el Cristo de la Misericordia y Soledad de los
Pobres. Como señala a Efe la presidenta de la Junta de Cofradías, Ana Pérez, no
solo es «una imagen muy bonita» sino que «forma parte de la historia de España
y de Toledo».
Lidia Yanel/EFE
Fuente: Alfa y Omega