Apariencias
Hola,
buenos días, hoy María nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Otra
hermana y yo tuvimos que ir a Burgos para unos asuntos. Fuimos en el autobús y,
al llegar, llovía tan intensamente que cogimos un taxi. El conductor era un
hombre grueso, con algo de melena; mechones de pelo le caían sobre la frente
porque se había mojado y estaba algo despeinado.
En
el camino, su conversación era amable. De repente dio la vuelta por las calles
que habíamos pasado, en dirección contraria a nuestro destino, y decía:
-Vaya,
está cortado el acceso, hay que dar la vuelta para coger otras calles...
Yo
entonces pensé: “Este señor ha visto a ‘las monjitas’ y nos va a dar la vuelta
al mundo para cobrarnos lo que quiera…”.
Por
fin llegamos a nuestro lugar de destino y, efectivamente, el marcador subía más
de la cuenta. Al preguntar al taxista cuánto le teníamos que pagar, me dijo:
-Deme
50 céntimos menos de lo que marca el contador, porque he tenido que darles
varias vueltas por otras calles al haber cortes de dirección.
Y
aquí vino mi grata sorpresa: este señor era honrado, había pensado en nosotras;
yo, en cambio, había juzgado por las apariencias, mi juicio no había sido
positivo. Comprendí por qué los elegidos de Jesús son los pobres y
desarrapados, ellos tienen un corazón grande, dispuesto a entregarse a todos.
“No poseen nada y lo tienen todo”: su generosidad, que se da sin medida…
El
Señor paró mis pensamientos, y más mi corazón: “No juzguéis y no seréis
juzgados…” Le pedí perdón al Señor y le dije que me diera ser sencilla y
generosa…
También
pensaba en Jesús, en su encuentro con la samaritana, con Zaqueo... los acogió,
dialogó con ellos, se sintieron amados, no los juzgó. Eligió a los 12 apóstoles
aun sabiendo cómo eran, que le iban a dejar solo, otro iba a negarle, otro a
entregarle… no les juzgó, les amó…
Hoy
el reto del amor es pedir a Cristo que te haga pensar bien de toda persona que
encuentres en tu camino, y así poder descubrir que el Señor, detrás de ello,
quiere regalarte algo de Él. Recuerda: Jesús, siempre ve lo bueno que hay en
cada uno.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma