La Collecta pro Terra
Santa tiene lugar cada año en el Viernes Santo. Las parroquias y Obispos
entregan los frutos a los Comisarios de la Custodia de la Tierra Santa a la
Custodia
S.E. el cardenal Leonardo Sandri, Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales |
"La
Cuaresma, tiempo por excelencia también para acercar a los otros a través de
las obras de caridad": así el cardenal Leonardo Sandri, Prefecto de la
Congregación para las Iglesias Orientales, en el primer párrafo de la carta
enviada a los obispos invita a ponerse al lado de los hermanos que "por
muchas y diversas razones, tienen dificultad para levantarse y reemprender el
camino". "También este año – escribe el purpurado – la
tradicional Collecta pro Terra Santa es para los fieles una ocasión propicia
para hacerse uno con nuestros hermanos".
A quiénes está dedicada la
Colecta
El
período de Cuaresma que nos guía hacia la Pascua, al Misterio Pascual que es la
muerte y resurrección de Jesús por nuestra salvación y por la salvación el
mundo, "nos lleva de inmediato al lugar donde sucedieron los
acontecimientos históricos de nuestra salvación, al centro de la vida
cristiana", explica el cardenal Sandri en primer lugar. Esto nos dice
"a quién está dedicada esta colecta y cuáles son sus frutos para la
Iglesia en Tierra Santa:
"Pensamos
en Jerusalén, pensamos en Belén, en los lugares donde Jesús vivió y donde nos
transmitió el amor del Padre y su misericordia. Por eso esta colecta está
destinada a la Iglesia católica en primer lugar, la cual tiene una vida
polifacética: el Patriarcado Latino de Jerusalén, la Custodia de la Tierra
Santa y todas las otras jurisdicciones, la Iglesia Melquita, la Iglesia
Maronita, la Iglesia Siro Católica, la Iglesia Caldea, todos los que están en
estos lugares santos. El fruto se reparte entre la Custodia de la Tierra Santa
y la Congregación para las Iglesias Orientales, en una proporción de 65 a 35,
para poder atender a las propias necesidades".
De
este modo el Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales,
especifica que la Iglesia Católica a través de la Custodia, "se
dedica a mantener, preservar y tener en el mejor estado los lugares santos
de Jesús", lo que configura "una espiritualidad que es legado de los
más antiguos cristianos y de todos los que habían leído el Evangelio, y que
querían ver a Jesús".
Por
ello y en primer lugar, manifiesta el purpurado, "la Custodia de
la Tierra Santa tiene vivos estos lugares santos". "Luego,
la Iglesia Católica - siempre a través también del Patriarcado de Jerusalén y
de las otras Iglesias - asiste a los más pobres y necesitados a través de
hospitales, escuelas y universidades".
"La
colecta en el fondo - señala- está dedicada a los más pobres y necesitados
en una zona que es Santa y que está herida por la guerra y por los
acontecimientos que vemos en Irak y Siria, y en menor medida en Jerusalén y
Palestina. A ellos está dedicada la Colecta de la Tierra Santa".
La guerra, maldición para
la humanidad
A
siete años cumplidos del inicio de la guerra en la martirizada Siria - como la
llamara el Papa Francisco - el Prefecto de la Congregación para las Iglesias
Orientales se refiere en modo particular a los cristianos que están
regresando a Irak y Siria, y al esfuerzo que realiza la comunidad cristiana del
Oriente Medio por los refugiados en Líbano y Jordania, explicando el trabajo
realizado para contrarrestar las heridas que la guerra ha dejado en estas
personas.
"Hay
un trabajo de reconstrucción de la vida normal y material, en Siria y en Irak.
En Siria es un caminar juntos construyendo la paz y recibiendo bombas. Es un
adelantarse a la esperanza que queremos para Siria, en medio aún de muchas
lágrimas y sufrimientos", expresa.
"Por
lo tanto - añade - debemos tener en cuenta no sólo los lugares santos sino las
personas, las imágenes de Dios: nuestros hermanos cristianos y no cristianos,
porque el sufrimiento es para todos. También los musulmanes tienen que huir y
dejar sus lugares por causa de esta guerra que es una maldición para la
humanidad". En Siria en particular, precisa, la guerra se sigue
desarrollando, no obstante los llamados del Papa, de las intervenciones de la
Iglesia Católica, de nuestros hermanos protestantes y ortodoxos, de las ayudas
que se han dado.
"Esta
cruel vida sigue para nuestros hermanos. En Irak la esperanza es grande, pero
sin embargo persisten los actos de violencia y los actos en los cuales nuestros
hermanos de todas las religiones son víctimas del horror, la violencia y del
odio. Esperamos contra toda esperanza en la reconstrucción de un mundo nuevo en
Tierra Santa, en Siria, en Irak. Un mundo nuevo de justicia y de paz a través
de las obras de misericordia".
Reanudar las
peregrinaciones a Tierra Santa
"La
peregrinación es un acto de devoción personal que sirve para quien hace la
peregrinación porque vuelve a la fuente, vuelve a Jesús, y lee y escucha las
Palabras del Evangelio y la Sagrada Escritura en el lugar donde fueron
pronunciadas. Eso tiene un gran impacto desde el punto de vista espiritual para
cada uno de los peregrinos que van a Tierra Santa": por este motivo, S.E.
el cardenal Leonardo Sandri realiza en la misiva una invitaicón a reanudar las
peregrinaciones a Tierra Santa, que han disminuido a causa de los miedos por la
situación internacional en esos lugares.
"Yo
exhortaría a todos a renovar el propósito - afirma. Hay ejemplos de obispos que
van cada año con grupos de fieles, sacerdotes y seminaristas a
visitar los lugares santos con la finalidad de renovarse espiritualmente pero
también – y esta es la segunda finalidad de las peregrinaciones a Tierra Santa
- de asistir, sostener y hacer ver a nuestros hermanos sobre todo católicos y
cristianos, que no nos olvidamos de ellos, que no vivimos de espaldas a esta
realidad extraordinaria de los lugares de Jesús".
"Pensamos
que todo esto contribuye indirectamente a dar un cierto bienestar a los
habitantes de Tierra Santa, porque las peregrinaciones implican también –
subordinadamente - dar trabajo, ocupación y hacer que muchos, para poder
asistir a los peregrinos, se sientan realizados desde el punto de vista humano
y de trabajo".
La
Colecta para la Tierra Santa nace de la voluntad de los Pontífices de mantener
fuerte el vínculo entre todos los cristianos del mundo y los Lugares Santos, y
es tradicionalmente realizada en el Viernes Santo por las parroquias y los
Obispos. Los frutos son entregados por los Comisarios de Tierra Santa a la
Custodia.
Griselda
Mutual – Ciudad del Vaticano
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