Haciendo pie
Hola,
buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Una
persona me compartía que hoy operan a un amigo suyo; la operación es bastante
delicada. Aquella tarde me puse a orar por esa persona, y es verdad que nos
sale pensar en el día de la operación, en que todo salga bien... pero caí en la
cuenta de todas las incertidumbres y miedos que pueden surgir los días de
antes.
¿Saldrá
bien? ¿Dolerá? ¿Qué sentiré? ¿Cómo reaccionaré? Hay tantas cosas que se nos
escapan de control que, por pequeño que sea a lo que nos enfrentemos, nos inquietamos
con facilidad.
Pensé
que, ante tanto interrogante, la persona se debe de sentir como nadando en un
lago en el que no hace pie. Al no hacer pie, empieza a mover manos y pies
llegando a perder la paz y ahogarse en tanto pensamiento que aún no forma parte
de la realidad, sino de nuestros miedos.
Cuando
nadamos en los miedos ¿cómo solucionarlo?
Hay
una manera de hacer pie, de seguir en el lago de esa situación desconocida, y,
aunque con un poco de vértigo... sintiéndonos seguros. Cuando haces pie en un
lago, ya no hace falta mover brazos y pies hasta agotarte; puedes pararte
esperar, sentirte seguro.
Si
tienes ese sentimiento de no hacer pie, de que tus miedos están inundándote,
busca el punto de apoyo. Ese punto de apoyo es Cristo, y lo sentirás en la
medida en que no entres en diálogo con tus miedos, le mires a Él y le digas
“Confío en Ti”. Cuanto más le mires, cuanto más deposites en Él tu confianza en
lugar de mirar a tus fuerzas o a un futuro que no ha llegado, más firme y
segura será la base que te sostendrá.
Jesús,
siempre que tenía que enfrentarse a algo, paraba y se dejaba consolar por el
Padre. La oración en el Huerto de los Olivos fue una oración en la que buscaba
esa base sólida que le iba a sostener en todo lo que tendría que vivir desde
ese momento.
Hoy
el reto del amor es que, cuando te surja incertidumbre, no chapotees en ella.
Hoy mete una cruz o un rosario en tu bolsillo y, cuando sientas no tener base, agárralo
con fuerza y mírale a Él. Pon en Cristo tu confianza y descansa.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma