Hablan las
enfermeras que le han atendido: "Nadie me había impresionado como tú. Me
has cambiado la vida"
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Cova Sanz Gutierrez |
Hace
más de seis años, Cova Sanz Gutierrez revolucionó las redes sociales mientras
se debatía entre la vida y la muerte. Un fatídico accidente de coche, en el que
perdieron la vida dos amigos suyos, la dejó en coma con un fuerte traumatismo
craneoencefálico.
Familiares y amigos crearon el perfil @AupaCova que se llenó
de oraciones y muestras de cariño. Sufrió varias operaciones y le amputaron la
pierna.
Estas pasadas navidades le han vuelto a operar. “Los dolores eran
tremendos y el muñón no aguantaba la pierna artificial”, cuenta Cova
a Religión Confidencial. Su meta: volver a caminar.
Aquel
19 de noviembre de 2011, los médicos de la Paz no garantizaban la vida de Cova.
El perfil @AupaCova pretendía ir relatando el estado de salud de esta
adolescente de 16 años. Sin embargo, se convirtió en “un triunfo de
solidaridad” como tituló el diario El Mundo. El perfil fue invadido por
mensajes de familiares, amigos, conocidos y desconocidos que no paraban de
alentar a la familia. Más de 5.000 tuits.
Y
las oraciones dieron su fruto. Cova tiene ahora 22 años, seis años de
lucha, esfuerzo, tenacidad, dolores y unas cuantas intervenciones quirúrgicas.
El Hospital La Paz de Madrid es su segunda casa.
“Cova
se come el mundo, es una luchadora. Cautiva a la gente, no para de sonreír, no
se queja”. Son palabras de madre, de su madre, María, que no tiene ningún
reparo en transmitir el entusiasmo que contagia su hija, a pesar de los
pesares.
“Estoy fenomenal”
Y
su madre está en lo cierto, porque hemos podido comprobarlo. El optimismo y
vitalidad de Cova emociona. “Acabo de salir de una operación de diez
días, una intervención delicada. Los últimos meses los dolores que padecía en
el muñón, las heridas que me producía la prótesis, eran tremendos. Por lo
tanto, mi cirujana plástica, Carmen Iglesias, (una de las mejores de
España) lo vio clarísimo: debía operarme de nuevo”.
La
operación realizada el pasado 27 de diciembre, ha sido complicada porque han
tenido que utilizar tejido y partes del cuerpo (como el abdomen) para
reconstruirle el muñón. “El equipo del Hospital La Paz es maravilloso. He
permanecido en reanimación y en traumatología, y me he quedado impactada”.
Cova
se muestra muy agradecida con todo el equipo, sobre todo con las enfermeras.
Pero son algunas de ellas las que se han quedado sobrecogidas con la actitud de
Cova.
Las emotivas palabras de
una enfermera
“Quiero
que sepas que te voy a recordar siempre. Llevo treinta años en esto y
nunca nadie me había impresionado tanto como tú. Lo mismo les sucede a algunas
compañeras mías, lo hemos comentado. Me has cambiado la vida. Y en estos
pocos días. Con tus problemas y a tu edad, es un portento que funciones de este
modo alegre, en positivo, y al mismo tiempo con profundidad, sin chorradas de
happy-flower. Deberías dedicarte a ayudar a la gente en entornos sanitarios,
hospitales, yo qué sé, estudia Medicina o algo así. Reparte lo que tienes,
Cova, que es mucho. Iluminas a tu alrededor, tienes que saberlo. Estás
llamada a ayudar a mucha gente con tu modo de de mirar, de sonreír, de
vivir. Prepárate. Vas a tener una vida preciosa de servicio a la gente. Eres
especial. Y a este padre se le han empañado las gafas. Porque vaya
despedida de La Paz. Padre nuestro, tú dirás. Uffff. Gracias a todos”.
El
padre de Cova no quiso que las palabras de cariño del equipo de La Paz se las
llevara el viento y ha querido transcribirlo en un mensaje. “¡Qué emoción!”, se
expresa Cova a este Confidencial. “Sí, son las palabras de una de las
enfermeras”.
Ella misma relata su
accidente
La
última vez que caminó por si sola fue la mañana del 19 de noviembre de 2011.
Unas horas más tarde, José Luis y Antonio, de 20 y 19 años, perdieron la vida
en un tramo absurdo. Iban a estudiar a la biblioteca.
“Éramos
cuatro amigos. Todos los sábados por la mañana iba a la biblioteca con mi mejor
amigo Jose Luis. Yo iba en autobús y él caminando que está al lado de su casa.
Allí había siempre también muchos amigos que iban a estudiar. Pues aquel día
fuimos Jose Luis y yo. La biblioteca estaba llena y nos encontramos con
nuestro amigo Antonio que se acababa de sacar el carnet y había ido a la
biblioteca en coche. También estaba Diego. Cogimos el coche para ir a
otra biblioteca y tuvimos el accidente. Fue al lado de la gasolinera de
Mirasierra. Si ves los vídeos de YouTube que hubo en su momento en las noticias,
te enteras. Sobrevivimos Diego, el copiloto, y yo, que iba sentada detrás de
Antonio, el conductor. Entre que iba rápido, llovía y la curva está mal
peraltada se comió la mediana y nos chocamos contra un 4x4. Y por eso el
accidente fue mortal y tan fuerte”.
José
Luis era el mejor amigo de Cova. “Le tengo presente todos los días. Además de
mi ángel de la guarda, que se llama Pelayo, José Luis me acompaña siempre. Él
no ha desaparecido”, relata.
“Mi meta: volver a
andar”
Por
ellos, por su familia, por sus amigos y por ella misma, su principal meta en la
vida es volver a caminar. "Todavía no lo he conseguido, pero sé que
con paciencia, trabajo y rehabilitación ¡lo conseguiré!", dice con fuerza
Cova. De momento, le encanta la Handbike, que como bien dice la palabra,
se “pedalea” con los brazos.
Amiga de Irene
Villa
La
prótesis que lleva está supervisaba por el mejor protésico de Europa: Jens
Müller. “Con decirte que es también el protésico de Irene Villa y su madre”,
desvela Cova. Irene fue a verla a su casa, tras darle el alta en marzo de 2012,
cuatro meses después del accidente. “Seguimos en contacto, nos queremos mucho y
cuando ella ha organizado un evento de su Fundación me ha invitado, alguna vez
hemos coincidido en el protésico”, explica.
Su fe y su familia
Paciencia,
trabajo y rehabilitación son los tres factores esenciales para que Cova vuelva
a andar. Pero sin el apoyo de su familia y de su fe, afirma que tampoco hubiera
logrado todo lo que ha conseguido.
“Mi
fe es ahora más verdadera. El accidente me ha unido con creces mucho más a
Dios. Por esta razón, intento transmitir esperanza a los que me rodean, la luz
de Dios. Pero es el de arriba el que toca los corazones”, comenta Cova.
Cova
es la tercera de siete hermanas, todas chicas. Se turnan para curarla las
heridas y una de ellas ya está estudiando enfermería. También se han ido
turnando para dormir con ella los diez días que ha permanecido en el Hospital.
¿Por
qué sus amigos sí, y ella no? “Esa pregunta me la hago todos los días. No
era mi hora. Me queda mucho por rezar y por hacer. Las cosas siempre pasan por
un motivo”. Es la respuesta que ofrece cuando le formulan la eterna pregunta.
Y
una cuestión final “¿Qué mensaje transmitirías a jóvenes que pasan por tu
misma situación?”: Cova es clara y transparente: “Es un camino duro y difícil,
pero no hay que rendirse jamás. Es necesario apoyarse mucho en la familia y
descubrir la fuerza que cada uno tiene en su interior”.
Fuente:
ReligionConfidencial